Foto de familia del equipo de Diid Seguridad. 24 ¿Cablear o no cablear? That’s the question! Las soluciones de seguridad anti-intrusión cada vez son más sofisticadas. Fabricantes y distribui- dores ponemos a disposición de las empresas instaladoras una amplia variedad de sistemas y dispositivos, a cuál más evolucionado. Si decidirse es difícil, más complicada se pone la opción cuando intervienen los deseos, mejor o peor informados, de los clientes finales, que en muchas oca- siones llegan a obcecarse con ideas que pueden chocar con el criterio profesional del instalador. ROBO E INTRUSIÓN Una discusión que se presenta con cierta frecuencia es la de elegir entre sistemas cableados y sistemas inalámbricos. Cuando presentamos el nuevo panel cableado de una marca, el equipo comercial nos comenta que cada vez son más los clientes que se decantan por sistemas inalámbricos; lanzamos la nueva cen- tral inalámbrica del mismo u otro fabricante y los comerciales nos hacen saber que muchos instaladores prefieren el cableado. ¿Qué hacer? ¿Cómo acertar? Fuera de las instalaciones de grado 3, que han de ser siempre cableadas, las discrepancias están servidas. Todos tenemos presente que, por su complejidad tecnológica, los componentes inalámbricos resultan sustancialmente más caros que los cableados, pero que la facilidad con que se instalan ahorra muchas horas de trabajo, con lo que el presupuesto para la puesta en marcha puede llegar a ser equivalente. Una vez en funcionamiento, mantener el sistema cableado resulta más barato, dado que son sis- temas de alto rendimiento conectados a la red eléctrica, mientras que los inalámbricos requieren que estemos pendientes de las bate- rías, entre otras cosas. Claro que, si damos a elegir a los propietarios, es posible que conven- gan muchos de ellos en que más vale un mantenimiento periódico que un antiestético cableado en su hogar o en el establecimiento que cada día abren al público. Además, si se mudan, les resultará fácil llevarse la instalación, cosa que no sucede con la opción de cablear. Y si deciden ampliar su sistema de alarma o implementar nuevas funcionalidades, lo tendrán mucho más fácil con el inalám- brico que con el cableado. Por supuesto, en algún momento llega la pregunta más difícil de responder: «Y, ¿qué resulta más seguro?». Desde el punto de vista funcional, ambos sistemas ofrecen los mismos tipos de alarma y las mismas reacciones, y tanto la programación como la señal de alarma emitida son semejantes. Lo que marca la diferencia es el modo en que los periféricos se comunican con la central. En un sistema cableado, los detectores están físicamente conectados a la central, de modo que, siempre que la instalación esté bien hecha y los cables no se encuentren deteriorados, los eventos de alarma y los fallos son advertidos de inmediato por la central. En un sistema