RGPD Pues bien, de acuerdo a las declaraciones de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, sólo el 22% de los europeos tiene plena con anza en empresas tales como motores de búsqueda, redes sociales y servicios de correo electró- nico; y al 72% de los usuarios de Internet les preocupa que les pidan tantos datos personales en línea. Frente a esa preocupación, el nuevo RGPD –que acabará con las tarifas de itinerancia, con el bloqueo geográ co en comercio elec- trónico o con la portabilidad de los servicios digitales– ayudará a generar una mayor con anza en el uso de nuevos servicios online, ya que se tratará de un marco regulador único para todos los esta- dos de la Unión en lo que a la protección de la privacidad se re ere. La UE ya ha derribado obstáculos fronterizos eliminando el roaming, impulsando redes wi gratuitas y sentando las bases del futuro 5G, por ejemplo. Además, ha puesto en marcha propuestas para que los consumidores puedan comprar en todo el territorio comunitario sin limitaciones geográ cas. Sin embargo, se sigue teniendo la sen- sación de que nuestros datos se utilizan de manera indiscriminada y sin permiso, y de que tras usar las nuevas tecnologías o Internet pueden terminar en terceras manos, sin saber muy bien qué trata- miento harán de ellos. Descon anza e inseguridad Asimismo, el hecho de que muchas de las empresas que comercia- lizan con los datos se encuentren en el extranjero, ha llevado a que los usuarios puedan sentirse desamparados, puesto que el ejercicio de derechos o acciones legales podría convertirse en una carrera de obstáculos. De hecho, menos del 40% de los consumidores de la UE confía en comprar de manera electrónica en otro país comunitario. En este sentido, Life Abogados considera que para que crezca la economía digital europea es necesario dotar de mayor seguridad y con anza a los usuarios en la red, y contar con una misma regu- lación con un alto nivel de protección de los datos personales y de los consumidores, más allá de las nacionalidades o de los lugares de residencia. Es decir, que todos los Estados miembros tengan los mis- mos derechos y obligaciones. De igual modo, en caso de que el usuario se sienta perjudicado ante un uso ilícito de sus datos o por atentar contra su privacidad, se debe disponer de una vía fácil y sencilla para denunciarlo y ejercitar sus derechos, aun cuando esos datos sean tratados por empresas ubi- cadas fuera de la UE. Es de suma importancia saber de antemano quién va a tratar nues- tros datos, para qué nalidades, si se van a comunicar o compartir con terceros; poder reclamar ante la autoridad de control española, aunque la empresa esté en el extranjero; y, sobre todo, que antes de que traten nuestros datos se exija un consentimiento inequívoco del interesado, no mediante casillas premarcadas, para cada uno de los nes, sin vernos forzados a darlo para poder recibir un servicio, producto o información. Cristina Bonal, abogada del Área de Protección de Datos y Nuevas Tecnologías de Life Abogados, sostiene que los ciudadanos nos hemos sentido muy vulnerables ante un uso indiscriminado y excesivo de nuestros datos –como demuestran los envíos masivos publicitarios o comerciales de múltiples y muy diferentes empresas que desconocía- mos tenían nuestros datos o cómo los habían recabado–, e indefensos para ejercitar nuestros derechos o acciones legales cuando las empre- sas operaban, impunemente, desde el exterior. Así, “un marco legal, claro y único en todos los estados de la Unión que otorgue igualdad de trato y protección a las personas en el tratamiento de sus datos permitirá reforzar la con anza y seguridad de todos noso- tros a la hora de usar Internet, las redes sociales, o de adquirir bienes y servicios online, y por tanto el crecimiento del mercado digital; una cultura de la privacidad en el uso de los datos personales en la nueva era digital, nos permitirá conseguir una sociedad más moderna, pero sobre todo más segura y respetuosa con los demás”, puntualiza.• 65