22<< ‘Robopin’, un robot que conecta a las personas con la tecnología, presentado en el Fujitsu World Tour 2017. gencia y de ahí correlar medidas de seguridad que nos puedan ayudar a prevenir desastres naturales o mejorar, por ejemplo, el rendimiento energético de las ciudades). En de nitiva, disponemos, como digo por razones históricas, de un montón de tecnología, de metodología y de propuestas para las Smart Cities. Para que se desarrolle de una manera correcta este nue- vo entorno se hace imprescindible la voluntad de todos los agentes de la ciudad. ¿Cree que la sociedad está prepara- da para afrontar este gran cambio o todavía existe una gran falta de concienciación? La gente más o menos tiene claro que tiene que implementar alguna medida con sus ordenadores personales, con el móvil, etc., pero creo que todavía no somos conscientes de que sería necesario también securizar otros elementos como la nevera, el coche o el lector del agua. Y es precisamente ese elemento, que es el más vulnerable, por donde están viniendo todos los grandes ataques. Creo que la gente todavía no está preparada, ya que falta bastante participación ciudadana para lograr los objetivos de las Smart Cities, las cuales deben de ser seguras. Falta todavía esa labor de concien- ciar en materia de seguridad sobre todos aquellos aspectos que no son los clásicos, pues todavía no somos conscientes del impacto que tienen en las tareas del día a día. Además de la voluntad ciudadana, para desarrollar una ciudad inteligente hace falta otro factor imprescindible, la inversión. ¿Considera que esta apuesta se ve como tal, una inversión, más que como un gasto? Realmente es una inversión: tanto una ciudad como una empresa, si es segura y tiene medidas de seguridad, vale más, eso ya por de nición. Y, además, el retorno de inversión que tenemos una vez desplegado todo esto (es decir, en el ahorro de agua, de energía, de optimización del tiempo de nuestros ciudadanos...), es inmediato. Es cierto que es necesario desplegar unas infraestructuras mínimas, pero no es comparable al retorno de inversión que se adquiere y a la sensación de calidad que tienen de los ciudadanos. Actualmente, los ciudadanos están en la fase de analizar la inversión que tienen que hacer para conseguir todo eso y no han analizado, en su debida medida, el retorno de inversión del que estamos hablando, ya no sólo en el ahorro de costes, sino por esa sensación de calidad que tiene el ciudadano, la cual compensa absolutamente. Además no es una inversión adicional a lo que se está haciendo, ya que si lo diseñamos desde el principio forma parte de las propias infraestructuras básicas que hay que desplegar. Por ejemplo, si se está diseñando una carretera y se sensoriza, eso te va a ayudar, por ejemplo, a establecer los ujos de trá co y no supone un coste adicio- nal. Por eso, lo fundamental es incluir las necesidades de seguridad desde el diseño, ya que no sería tan costoso. En la actualidad, parece que la principal preocupación de la sociedad es que le puedan robar la identidad cuando realiza una operación online, pero en este mundo hiperco- nectado del que venimos hablando, ¿deberíamos empezar a preocuparnos de que nos hackeen todos los elementos de nuestra casa (persianas, luz, nevera...) e incluso los se- máforos, farolas y cualquier elemento de nuestro entorno? Que te roben el dinero, es malo, pero lo importante es que te pueden robar la vida: pueden manipular tus datos sanitarios, pueden mani- pular tu coche... y eso atenta contra tu vida, puede atentar contra tu honor, contra tu privacidad, contra lo más básico y eso, desde mi punto de vista, es muchísimo más preocupante. Es cierto que todas las transacciones online están sometidas a la posi- bilidad de todo este tipo de ataques, pero lo peor es, como digo, que está en juego nuestra propia vida, nuestros propios datos de carácter perso- nal, sanitario... Todo eso es lo que ahora mismo está en entredicho y es vulnerable. Por ello todo tiene que partir de la concienciación. Todo M esto es una transición y todavía no estamos acostumbrados. Supongo que en un corto espacio de tiempo todos seremos más conscientes y vigilaremos más porque es simple evolución y supervivencia. C Y CM MY CY CMY ¿Cuáles cree que son las principales ventajas que nos va a traer este nuevo entorno? ¿Y carencias? La posibilidad de acceder al conocimiento que nos permite toda esta tecnología, la posibilidad de intercambiar información y de conectar- K nos con gente que está fuera. Prácticamente desde tu casa puedes acceder a las mejores bibliotecas del mundo, hacer cursos en las mejores universidades del mundo, etc. Todas esas posibilidades a mí me parecen brutales. En de nitiva se trata de mejorar la calidad de vida. En cuanto a los inconvenientes, creo que el principal es la exposición de tu propia vida. La información que una persona vuelca en la red queda ahí para siempre y eso, a veces, no es muy bueno. Asimismo, existe la posibilidad de que te ataquen de forma anónima y uno se vuelve vulnerable ante esa exposición. Yo creo que ese es el peor riesgo, tu exposición al mundo sin ningún control. Ya para terminar y tirando un poco de la imaginación, ¿có- mo cree que será nuestra vida de aquí a 10 años? Las civilizaciones muy evolucionadas dejan poco residuo tecnológico. Por ello, considero que cuanto más evolucionemos la tecnología se hará más invisible. Supongo que en unos años viviremos en un entorno más natural donde habrá menos contaminación, se podrá controlar más el gasto de energía, etc. Utilizaremos el conocimiento y la tecnología para vivir en un entorno mucho más saludable, creo que ese es el objetivo. No creo en una sociedad muy masi cada y robotizada sino precisamente todo lo contrario. Creo que lo que estamos viendo es que existe una vuelta a lo natural y se utilizará la tecnología para que sea lo más trans- parente posible y que nos ofrezca una vida más humana: no tendremos que estar viajando continuamente para ir al trabajo, podremos trabajar desde casa, etc. Crearemos entornos mucho más amigables. • CIBERSEGURIDAD