SOSTENIBILIDAD También varía ligeramente durante el día en función de la tempera- tura atmosférica, la insolación, el viento, etc. La temperatura del agua en la costa vasca durante el verano es bastante uniforme (diferencias del orden de 1 °C), ya que el caudal de los ríos es bajo y la situación meteorológica suele ser bastante homogénea. Bajando a un nivel de detalle mayor en la variación de las temperatu- ras medias anuales, sí que hay una ligera variación de oeste (Bizkaia) a este (Gipuzkoa), debido a pequeñas diferencias en el clima (más precipitación y temperaturas medias anuales algo más altas en la costa de Gipuzkoa que en la de Bizkaia) y a que la costa de Gipuzkoa está algo menos afectada que la de Bizkaia por las corrientes que lle- gan desde el Atlántico a Galicia y discurren por todo el Cantábrico. Los últimos datos de temperatura superficial en mar abierto de la boya de Donosti de la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco están entre 22 y 23 °C, ligera- mente altos (+1 °C sobre la media), pero dentro de lo habitual en la última década. Llevamos un par de semanas de buen tiempo atmosférico y poco oleaje (el oleaje mezcla el agua de superficie más cálida con agua de más profundidad que suele estar más fría) lo cual explica esos valores relativamente altos. A 10 m de profundidad tenemos temperatura del agua entre 19 y 20 °C; a 30 m, entre 15 y 16 °C; y a 100 m, de 12 °C. Efectos sobre la fauna marina Aunque se ha observado el aumento de la temperatura superficial y a diferentes profundidades en la costa vasca de manera similar al resto del planeta, evaluar el impacto de este aumento sobre las especies marinas es mucho más complejo. Es muy difícil separar el efecto del cambio climático de otros impactos que causamos los humanos: el tráfico marítimo, los vertidos urbanos o industriales, la ocupación de zonas intermareales en los estuarios, la laminación de las avenidas de los ríos con los embalses, etc. No obstante, sí hay evidencias de que el calentamiento del mar a nivel global está conllevando un desplazamiento de algunas espe- cies marinas hacia los polos. Esto significa y, por lo tanto, para una zona dada con la entrada de especies de aguas más calientes y la desaparición de las especies de aguas más frías. Un ejemplo es el que desde Azti se ha estudiado sobre la distribución de la puesta del verdel, detectando un desplazamiento de su centro latitudinal de unos 16 km por década hacia el norte desde 1992. En otro estudio también detectamos que la puesta de la anchoa se ha adelantado unos 6 días por década desde 1987. La estacionalidad es un factor esencial en el ciclo de vida de muchas especies pelágicas, porque determina el momento de la puesta o el inicio de la migra- ción y viene inducido entre otros factores por la temperatura del mar y la mezcla de las diferentes capas. Otro ejemplo estudiado por Azti es el avance en la llegada del bonito al golfo de Bizkaia, del orden de 2 días por década desde los 80, asociado al calentamiento del mar del Atlántico tropical y sub- tropical. En el mar del Norte hay bastantes especies de peces que han aumentado sus poblaciones como el chicharro, anchoa, espadín, abadejo, lenguado común, eglefino, carbonero y rodaballo. Los escenarios de cambio climático para la segunda mitad del siglo XXI indican que algunas especies de interés pesquero, como los túnidos, se desplazarán hacia el norte buscando zonas con tempe- raturas similares a las que tenemos actualmente, la anguila también que sufrirá un impacto negativo en la Península Ibérica. Por otro lado, para la anchoa del golfo de Vizcaya podría ser positivo.• 75