territorial, urbana, edificatoria, y tecnoló- gica, provoca entre otros muchos efec- tos negativos el de un coste económico que, en el núcleo de esta estructura de sistemas de orden superior que van en- volviendo subsistemas de orden inferior, acaban soportando los individuos que son la base productiva y tributaria de nuestra sociedad. generados por la rehabilitación favorece imposibilidad de priorizar y evaluar la fácil crítica, que surge como efecto correctamente los objetivos y medios rebote, cuando los ahorros son menores implementados en las políticas de reha- a los esperados debido, como pasa en Es- bilitación para la eficiencia energética. paña muy a menudo, a que la inversión de En cada escala se pueden iden- tificar y cuantificar los recursos económicos desperdiciados y los que habría que invertir en revertir los nocivos efectos de la ineficien- cia y, en cada escala, se pueden transformar en recursos inyectados para paliar la ineficiencia. Sin embargo los programas públicos que valoran la rentabili- dad de la eficiencia energética y en particular de la eficiencia energé- tica en la edificación sólo valoran a efectos de determinar la rentabili- dad de la rehabilitación los ahorros de energía que se producen en las últimas escalas del sistema, las escalas micro. Se produce una sistemática infra- valoración de los beneficios econó- micos que la eficiencia genera en las escalas regional, nacional y global, y, en consecuencia los programas, las políticas y la legislación no contem- plan ni se focalizan a la inversión de todos los recursos económicos que genera la rehabilitación para la eficiencia. La consideración parcial y micro de los recursos económicos Fig. 5: En esta tabla recogemos los distintos niveles donde se están pagando las consecuencias de la ineficiencia energética, los efectos que la rehabilitación para la eficiencia puede tener a cada nivel y el porcentaje de retorno de capital que cada nivel debería pagar a quien ejecute la rehabilitación para la eficiencia. Más del 60% de los beneficios de las acciones de rehabilitación para la eficiencia se generan en niveles que no retornan al rehabilitador. Es el planteamiento perverso que vincula la mala gestión de los recursos a la supuesta falta de rentabilidad de las acciones rehabilitadoras, al extraño contexto de las ESE españolas, y a la perpetuación de modelos concentrados y fondos gestores del régimen subvencionador. Una política justa de redistribución de los recursos generados y microgestión a una gran escala distribuida tiene el potencial de generar una dinámicaautosustentable y rentable para la rehabilitación. recursos tiene también que aportar unos mínimos de calidad a la edificación, y estos beneficios no computan. Es muy importante poner en evidencia los beneficios que emanan de una eva- luación integral y completa de los retor- nos económicos de la rehabilitación para Figura 4: De todos los recursos que se recuperan gracias a las acciones de rehabilitación integral, el rehabilitador fuentes de recursos para la política de privado sólo consigue RHBN 28 Hay muchas razones para que en términos generales, y con el consenso de los principales actores, en España no se compute todo el espectro de rehabilitación energética, entre ellas están la supuesta naturaleza intangi- ble de los beneficios socioeconómicos que genera la rehabilitación, la dificul- tad de identificar y valorar los efectos los que corresponden al aumento de valor de su edificio, 1, los ahorros en el consumo de recursos, 2, y los que a él le genera una de la eficiencia energética, y el hecho mejor habitabilidad, de que los responsables de legislar y evaluar los programas de rehabilita- ción sean técnicos del área de la ener- gía con muy poca experiencia sobre el impacto que las políticas de eficiencia 3. Y, aún éstos, condicionados por el marco legislativo / político/ financiero. Al mismo tiempo se insiste en que la energética en rehabilitación tienen rehabilitación no genera los recursos que la hacen rentable y se sigue actuando para que así sea. sobre otros sectores no energéticos, otras escalas y otros ámbitos. El resultado es una infravaloración sistemática del potencial económico de la rehabilitación energética y la