Figura 4. Emisiones de la fabricación de materiales por metro cuadrado de construcción estándar, e incidencia relativa de cada uno de ellos en el total (Inc. en Cuchí, 2007b) 0Tabla 1 - Intensidad energética de la fabricación de algunos materiales básicos de construcción (Cepeda, 2004) con una intensidad energética determi- nante, como muchos plásticos, el cobre o el aluminio, con intensidades superiores a 100 MJ/kg, Tabla 1 y Fig. 3. En 2006, solo la producción de mate- riales de construcción utilizó energía que requirió, cuanto menos, la emisión de 60 millones de toneladas de CO2: el 40%, aproximadamente, del total imputable a España con la contabilidad establecida en el Protocolo de Kioto. Se estima que las emisiones de GEI su- peran de forma habitual los 500-700 kg de CO2 equivalente/m2. Estas emisiones suelen ser contabilizadas en los sectores industriales que producen los materiales y suponen lo que se ha venido a denominar emisividad oculta del sector, Figura 4. Respecto a la evolución de la emisivi- dad en los últimos años, algunos autores señalan que las exigencias derivadas de las nuevas normativas sobre edificación (RITE, Código Técnico de la Edificación, etc.) han provocado, entre 2001 y 2007, un aumento del 15% en las emisiones deri- vadas de la producción de materiales. 0 Foto 3. El sistema convencional (a) no incluye casi elementos prefabricados, se basa en la adición de materiales y componentes mediante un intenso trabajo manual y mecánico en obra. La construcción modular consiste en el montaje en obra de distintos elementos prefabricados (b y c). Las obras de construcción Desde el punto de vista del impacto ambiental, y según los resultados de dis- tintos estudios, hay diferencias aprecia- bles derivadas del sistema constructivo y la tipología edificatoria. Influencia del sistema constructivo El sistema convencional o estándar, el más difundido en España, resulta, en con- junto, ambientalmente menos adecuado que los sistemas modulares. Su deman- da directa de materiales, considerando el peso por metro cuadrado construido, llega a superar en más de un 30% la del sistema modular de hormigón y en más de un 70% la del modular de acero, Figura 5 (Wadel, 2009). Aunque esta circunstancia no tiene una incidencia excesiva- mente significativa en términos de energía. Los materiales domi- 0Fig 3.- Energía de fabricación de materiales por metro cuadrado de construcción estándar e incidencia de cada uno de ellos (Inc. en Cuchí, 2007b) nantes de la construcción convencional tienen menor intensidad energética que los empleados en los sistemas modulares de hormigón y de acero, y su consumo energético derivado de la demanda de materiales resulta entre un 10% y un 20% inferior, respectivamente, al de de aque- llos, Figura 5. En cuanto a emisiones, el sistema de acero es el de mayor emisividad de CO2 y supera en un 10-20% a los sistemas de hormigón y convencional, entre los que no hay diferencias significativas, Figura 5. En las tareas de construcción, el sis- tema convencional representa la opción de mayor impacto, tanto en el ámbito de la energía y las emisiones como en rela- ción a los residuos. Figura 6. El gasto energético derivado del tra- bajo de la maquinaria y las emisiones en los sistemas modulares (18-22 MJ/m2) representan tan solo un 5% del consumo de energía y las emisiones que conlleva sistema convencional (360 MJ/m2). En cuanto a los residuos, el sistema convencional es el que, con mucho, ge- nera mayor cantidad in situ: unos 125 kg/m2 frente a valores de menos de 300 g/m2 en los modulares. Considerando tanto los escenarios en vivo como los de fabricación modular, la generación RHBN 13