¿La innovación, en un concepto muy amplio y como convencimiento real, está siendo uno de los nuevos pará- metros de la construcción tras la crisis? La arquitectura española, tradicionalmente, ha tenido una impor- tante vocación de servicio, materializada en múltiples edificios públicos y proyectos urbanos de alta calidad, que ha sido reco- nocida internacionalmente. Sin embargo, en los últimos años, el arquitecto también ha sido cómplice en muchos casos del boom inmobiliario y de la transformación de la arquitectura en un espec- táculo alejado de los retos sociales que hoy están en el centro del debate urbano. La innovación en los proyectos ha pretendido ser más formal que material o funcional. Y es aquí donde se presentan los mayores retos y oportunidades para nuestra profesión. Nuestra tradición se ha construido mucho más a través del oficio de pro- yectar y construir que a partir de innovar e inventar. Si a principios del siglo XX los principales retos de la arquitec- tura se centraban en aprovechar la era industrial para construir una nueva arquitectura a partir de nuevos tipos de vivienda y el uso de nuevos materiales, ahora, al principio del siglo XXI, la sociedad nos pide una arquitectura que construya un nuevo hábitat para la era de la información. Ha tenido que llegar una crisis muy importante para reconocer la necesidad de la inno- vación en la arquitectura y en el urbanismo, que tienen que ser más permeables a otras disciplinas, con las que literalmente el arquitecto no interactuaba. Sin embargo, las nuevas generaciones están muy abiertas a desarrollar nuevos principios para la arquitectura, a tener una mayor implicación y compromiso social y ciudadano con su trabajo y de un mayor rigor en el presupuesto de los edificios. Pero espero que ese compromiso social no implique alejarse de la calidad del diseño y de la voluntad en la innovación que siempre ha aportado la arquitectura a la sociedad, y que ha ayudado a construir mejores ciudades. Hace casi 20 años fue uno de los creadores de Metápolis. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Aquella generación post-olímpica pensó que había que intentar construir un nuevo relato a partir del impacto de la sociedad de BBB-Construmat celebrará su próxima edición entre el 23 y el 26 de mayo de 2017. la información en la arquitectura y el urbanismo y del desarrollo de una nueva ecología urbana. Por eso impulsamos el Instituto de Arquitectura Avanzada y el Máster de Arquitectura Avanzada con la UPC y empezamos a trabajar con el MIT, con la fabrica- ción digital y con la autosuficiencia energética. Años después, tras una gran crisis económica y social, todos éstos son ahora temas fundamentales en el ámbito de la arquitectura y la cons- trucción. Por tanto, acertamos en el análisis y nos preparamos para afrontar los retos del futuro. El otro gran eje fundamental en el que trabajamos es hacer del urbanismo una herramienta para combatir las desigualdades sociales. Nuestro gran reto es poner a la arquitectura y el urba- nismo al servicio del bienestar de las personas y del progreso social, a partir de proyectos e iniciativas concretas. Cuando en el Ayuntamiento nos reuníamos con ciudadanos que vivían en casas afectadas urbanísticamente durante casi 40 años cerca del Turó de la Rovira se comprendía cómo una herramienta creada para servir a la sociedad –el urbanismo– se había alejado de la realidad. Desde este punto de vista, nos interesa mucho trabajar de forma sistémica, poner en el mapa mental de la sociedad lugares y temas que no se reconocen como centrales en la ciudad y que por ello la gente entiende que no se debe invertir en ellos. También queremos hacer del acceso a la información o a la innovación un derecho social. Lo importante es que el proyecto urbano empodere a las personas, las haga más libres y tengan capacidad de innovar y de decidir en los barrios. Pero creo que hay que perder el miedo a trabajar por los proyectos de ciudad de gran escala, que son los que nos hacen competitivos de forma global. El mapa de las desigualdades sociales en Barcelona coincide con el mapa de las zonas que tienen y que no tienen grandes equipamientos. Hace 20 años la palabra ‘futuro’ literalmente no existía, y ahora es un término que está en el centro del debate. Hay que defi- nir un futuro a largo plazo y empezar a construirlo mañana. Obama y el Papa hablan del futuro, de las ciudades y la ecología. Estamos empezando a ganar el partido. Entrevista 11