c Como es conocido, el Gobierno se ha comprometido a desarrollar un amplio Programa Nacional de Reformas que afecta a distintas áreas de la economía y la actividad pública y, entre ellas, a la cuestión de la vivienda y el suelo. A A r r t t í í c ul u lo o La Rehabilitación dentro de las nuevas metas de la política de vivienda y suelo Pilar Martínez López, Directora General de Arquitectura, Vivienda y Suelo, Ministerio de Fomento Las reformas emprendidas en este ámbito buscan corregir desequilibrios gene- rados en los últimos años, mediante el estímulo del mercado de alquiler de viviendas, para hacer del alquiler una opción atractiva para el acceso a una vivienda digna, y recuperar el sector de la construcción fomentando, especialmente, la rehabilitación, la regeneración y la renovación urbanas. Ello supone un giro en esta política pública, hasta ahora más orientada hacia la generación de nuevos suelos urbanizables y la construcción en ellos de nuevas promociones de viviendas, primando el crecimiento urbano y casi olvidando la mejora de las áreas urbanas consolidadas. Al establecer estas nuevas prioridades se pretende, por Decreto 233/2013, de 5 de abril, por el que se regula el Plan una parte, hacer frente a los déficits estructurales y a los problemas de coyuntura que afectan a la cuestión de la vivienda y el suelo en nuestro país; y, por otra, buscar vías de reactivación para un sector tan importante en nuestra economía como es el sector de la construcción. Estos déficits estructurales son anteriores a la crisis, aunque la crisis los haga más evidentes, al agravar sus consecuencias económicas, sociales y medioambientales. Para hacer frente a estos problemas en el Programa Nacional de Reformas se han incluido dos importantes iniciativas legislativas y un nuevo plan estatal de vivienda, dirigidos todos ellos hacia unos mismos propósitos: fomentar el mercado del alquiler de viviendas; con- centrar las ayudas al alquiler entre los grupos sociales más vulnerables; e impulsar la rehabilitación residencial, la regenera- ción y la renovación urbana. Para resolver estos déficits estructurales, el Gobierno ha adoptado distintas medidas. Así, por lo que a la regulación del contrato del alquiler, se refiere se ha aprobado la Ley de Medidas d e Flexibi- lización y Fomento del Alquiler de Viviendas , que busca la di- namización y la profesionalización del mercado del alquiler, favoreciendo la libertad de pactos entre arrendatario y arrenda- dor. Por lo que se refiere al favorecimiento de las actuaciones de rehabilitación edificatoria, el Gobierno ha aprobado el Proyecto de Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, que se encuentra actualmente en tramitación parlamentaria por el procedimiento de urgencia, por lo que se espera que pueda ser pronto una realidad. Además, ambas disposiciones legales se ven acompañadas con medidas de estímulo, concretadas, fundamentalmente, en el Real Estatal de Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edi- ficatoria, y la Regener ación y Renovación Urbanas, 20 13-2016; Plan que, además de su efecto directo, busca generar sinergias y estimular las ayudas al sector de otras Administraciones. Concretándonos en lo referente a la debilidad del sector de la rehabilitación, como déficit estructural que se debe afrontar, hay que empezar por recordar la destrucción de empleo que ha sufrido el sector de la construcción, que ha supuesto una pér- dida de cerca de un millón y medio de trabajadores en los último cinco años. Ante esta situación y ante el importante stock de vivienda sin ocupar (del que forman parte más de 700.000 vivien- das nuevas), estamos obligados a la búsqueda de nuevas vías de desarrollo para el sector, más allá de la tradicional promoción de obra nueva. Es aquí donde la rehabilitación de los edificios y la regeneración del entramado urbano de nuestras ciudades ofrece todo su potencial. Así, mientras que en Alemania la actividad de rehabilitación supone en torno al 41% de la actividad de la construcción, en España se ha situado en los últimos años sobre el 17%, porcentaje muy alejado de la media europea. Este bajo nivel de la actividad rehabilitadora resulta aún más injustificado si tenemos en cuenta que, según los datos provisionales del censo de viviendas de 2011, más del 45% de las viviendas de España supera los 30 años de an- tigüedad, y entorno al 20% superaría los 50 años. Además, más de 1.700.000 de ellas estarían en un mal estado de conservación, y de éstas, más de 150.000 carecen de servicio o aseo. Y no sólo hay mercado, hay unas grandes posibilidades de gene- ración de empleo: según distintos estudios, la inversión pública que se destina a rehabilitación de edificios puede generar 18 RHBN 16