Ana Ma García Román, Licenciada en CC. Químicas por la Universidad Autónoma de Madrid. Desde 2006 entro a formar parte de la plantilla de ATISAE, dentro de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales en el área de Actuación Ante Emergencias donde me espe- cializo principalmente en la elaboración de Planes de Autoprotección, llevando a cabo la ejecución de todo el proyecto, desde la redacción del mismo, a la implan- tanción y ejecución de simulacros. Asimismo, enfoco mi carrera profesional en la elaboración de Documentos de Protección contra Explosiones, realizando la clasifica- ción, evaluación de zonas e implantación ATEX. Otros trabajos que he realizado son: mediciones higiénicas, trabajos en CAI, Análisis de Riesgo Medioambientales y asistencias técnicas a todo tipo de clientes. Actualmente es Consultora técnica de la Unidad de Negocio Process Safety, Seguridad de procesos de TÜV SÜD en España. SEGURIDAD 40 durante el ejercicio, etc. Obviamente, estos resultados no son los adecuados ni los esperados, pero son estos ejercicios los que nos ayudan a aprender, a corregir aquellas desviaciones que nos alejan del objetivo que buscamos alcanzar y a poner nuestros esfuerzos en mejorar. Por eso, es muy importante, que los simulacros sean lo más reales posibles: • No se debe contemplar siempre el mismo tipo de emergencia, el personal tiene que estar preparado para poder dar respuesta a cualquier tipo de emergencia. • Se deben practicar evacuaciones parciales y totales de la instalación. • DentrodelpersonalqueformapartedelaEstructuraderespuesta ante Emergencias deben participar titulares y suplente, especial- mente en la Dirección de la Emergencia, de tal manera, que los posibles suplentes de los Jefes de Emergencia e Intervención experimenten ellos mismos la sensación de coordinar, dirigir e intentar controlar una situación de emergencia. • Simulación de: posibles llamadas a realizar durante una emer- gencia 112, empresas colindantes, recepción de los Servicios de Ayuda Externa. • Simulación de heridos. • Simulación de personal que no se ha percatado o no puede eva- cuar las instalaciones para verificar que el personal que revisa las instalaciones, acuda a revisar aquellas olvidadas zonas de ocupa- ción nula: aseos, vestuarios, archivos, etc. • Bloqueo de elementos de evacuación, para comprobar la capacidad del personal de utilizar posibles vías de evacuación alternativas. Otro detalle que no se nos debe escapar por alto, y que en ocasio- nes las organizaciones consideran que no es adecuada su difusión entre sus empleados, es el hecho de dar a conocer los resultados y conclusiones obtenidas tras la realización de un ejercicio de simulacro. No tiene sentido ninguno, que tanto el personal de la Estructura de Respuesta ante Emergencias y el propio personal de la instalación no conozca qué acciones pueden ser mejoradas para garantizar su seguridad. A todos aquellos que nos dedicamos a emergencias, nos es muy grato ver cómo las distintas empresas con las que trabajamos y realizamos periódicamente sus simulacros mejoran año tras año en el control de este tipo de situaciones, ganan confianza e invierten mucho esfuerzo en mejorar y garantizar la seguridad de sus empleados. Los simulacros de emergencia en nuestros centros de trabajo son una herramienta muy útil para la adquirir buenos hábitos en situaciones de emergencia que podrán servirnos también en nuestro día a día. Web: http://www.tuv-sud.es/es-es•