BOMBAS Y VÁLVULAS 20 La optimización del diseño es, sin duda alguna, una cuestión que preocupa tanto a fabricantes de válvulas como a usuarios finales. Dependiendo de la válvula, los diámetros nominales oscilan entre DN6 y DN300, y mayores. La presión puede ser de 0,2 a 500 bar, y más. Las dimensiones se determinan según la aplicación. “Para poder almacenar gases licuados criogénicamente, la válvula ha sido diseñada para una presión máxima de 40 bar; en caso del dióxido de carbono, también hasta 80 bar y con el GNL, incluso un valor más alto”, comenta Schulenberg. Diseño que encaja a la perfección Los errores en el diseño de las válvulas pueden tener consecuen- cias graves. El grado de estandarización está aumentando en plantas para gases criogénicos. “Los sistemas para gases criogéni- cos están cada vez más estandarizados, es decir, es fundamental garantizar la precisión en el diseño de los sistemas de retorno, especialmente considerando los posibles efectos que pudiera tener una válvula de seguridad mal diseñada o una línea de suministro de dimensiones inadecuadas”, enfatiza el fabricante de válvulas Herose. Los costes pueden ser tremendos, e incluso podría ser necesario implantar una sustitución no programada debido a válvulas que no han sido correctamente dimensionadas. “La vida útil de las válvulas de seguridad aumentará significati- vamente si estos elementos se diseñan separados entre sí para los flujos máximos de masa para la carga de fuego, y los flujos mínimos de masa en caso de expansión totalmente térmica, la práctica que más se aproxima al funcionamiento normal”. Se requieren varios tipos de válvulas para procesos criogénicos, por ejemplo: válvulas de aislamiento y válvulas de control con actuadores manuales, actuadores neumáticos y eléctricos, tales como válvulas de resorte, válvulas de mariposa, válvulas de bola y válvulas de corredera. Se utilizan también válvulas de seguri- dad, válvulas de retorno, válvulas de comprobación y reguladores de filtro y presión. GNL, el mercado del futuro La demanda de las válvulas criogénicas ha aumentado, y muchos expertos están de acuerdo en que el GNL es el futuro. En 2015, la capacidad mundial ascendió a alrededor de 275 millones de tonela- das. En 2018 ya se habrán agregado otros 65 millones de toneladas adicionales. Los expertos consideran que este crecimiento en la demanda de GNL es fiable: hasta 2030, la demanda “está progra- mada para crecer al doble que la demanda de gas, a un ritmo del 4-5% anual entre 2015 y 2030”, prevé Maarten Wetselaar, director de gas integrado y nuevas energías de Shell. China e India son los países compradores con mayor crecimiento. Ambos aumentaron sus importaciones en 11,9 millones de toneladas en 2016. China e India seguirán impulsando la demanda. Además, seis nuevos países importadores han contribuido a la demanda de GNL: Colombia, Egipto, Jamaica, Jordania, Pakistán y Polonia. Mientras tanto, el número de países importadores de GNL ha aumentado a 35, en comparación con los diez que había en el cambio de siglo. Por lo tanto, Shell considera que se deben realizar inversiones adicionales para satisfacer la creciente demanda, la mayoría de las cuales se espera que provengan de Asia después de 2020. El gobierno chino, por ejemplo, se ha marcado el objetivo de que el gas represente el 15% de la combinación energética del país para 2030, una cifra que aumenta con respecto al 5% registrado en 2015. Los fabricantes de válvulas criogénicas de alta calidad encontrarán un mercado lucrativo en Asia. Eficiencia y ecología No es de sorprender que el GNL ofrezca grandes perspectivas de futuro. Su volumen es 600 veces menor en comparación con el gas natural, en su estado gaseoso. Esto permite que se pueda transportar y almacenar de manera mucho más eficiente, desta- cando por su versatilidad: el GNL se puede utilizar como materia, prima, como fuente de energía y como combustible para barcos y camiones. Además, el gas natural licuado es mucho más ecológico que todos los demás combustibles fósiles, por ejemplo, cuando se trata de abastecer de combustible a los barcos. “El GNL no con- tiene azufre ni metales pesados y reduce las emisiones de CO en un 20-30% y las emisiones de NOX (monóxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno) en torno a un 90% en comparación con el gasóleo”, informa el fabricante de válvulas Herose. Sin embargo, Herose detecta “carencias en el desarrollo de una infraestructura de GNL con cobertura total, ya que todavía no hay suficientes puntos de abastecimiento de combustible para buques”, declara la compañía. “La construcción de barcos que funcionan con GNL es el futuro”. Los camiones también utilizan cada vez más el GNL como combustible: en las carreteras europeas ya hay más de 900 camiones operados con GNL. La seguridad es lo primero Herose, uno de los proveedores líder en el mercado de GNL, ha reconocido el potencial del gas licuado. Esto incluye válvulas a pequeña escala homologadas según ISO 10479 por su diseño a prueba de incendios. Después de todo, lo más importante es garantizar la seguridad. Los requisitos establecidos para las válvulas GNL son muy estric- tos. “Los remolques para gas natural licuado criogénico están expuestos con frecuencia a condiciones extremas cuando son lle- nados, transportados y descargados en destino”, explica Herose. Para el almacenamiento de GNL, la vida útil y el rendimiento son tan relevantes como la absoluta seguridad y fiabilidad. Se requie- ren válvulas de alto rendimiento también para suministrar GNL. Este es un ejemplo de las altas exigencias que deben cumplir las válvulas criogénicas.• Foto: Valve World Expo.