crioterapia, el uso del frío para lograr un efecto terapéutico (por ejemplo, en el tratamiento del cáncer), abren una serie de opor- tunidades de negocio para las empresas de ingeniería botánica. Una señal de la creciente demanda de tecnología médica y como tal, también de las válvulas correspondientes, es el elevado número de patentes. Según la página web alemana Medizintechnologie.de, publicada por VDI Technologiezentrum GmbH, la tecnología médica está en pleno desarrollo. En 2015, La Oficina Europea de Patentes (OEP) registró un nuevo récord. En comparación con el año anterior, se presentaron un 1,6% más de solicitudes de patentes por parte de personas físicas, institucio- nes y empresas de todo el mundo. En 2015 se gestionaron un total de 278.867 solicitudes de patentes (274.000 en 2014). Según el portal de estadísticas “statista”, Alemania, EE.UU. y Japón son los países productores líderes en tecnología médica. La demanda de la industria alimentaria La industria alimentaria sigue siendo atractiva para los fabrican- tes de válvulas criogénicas, que continúan con su tendencia al alza. Por ejemplo, en Alemania, el volumen de ventas aumentó de los 116,9 billones de euros en 1998 a los 168,6 billones de euros en 2016, todo ello con un crecimiento de ventas del 44%. Como tal, la industria alimentaria tiene una cuota del 9,4% de los ingre- sos totales de las industrias fabricantes. Una de las tendencias de uso de estas válvulas es el mecanizado criogénico: para reducir el desgaste de la herramienta a través de temperaturas de proceso muy elevadas, por ejemplo, en el sector de la energía, la fabricación de automóviles o la aviación, pueden emplearse técnicas criogénicas. Grandes requisitos Otras áreas de empleo son los túneles de refrigeración, máquinas de limpieza con hielo seco, en dosificación de nitrógeno líquido, en plantas de molienda criogénica, en N2 para aplicaciones alimentarias y farmacéuticas, en ingeniería de refrigeración e industria de semiconductores. La demanda va creciendo diaria- mente: “Las válvulas criogénicas y las válvulas necesarias pueden encontrarse prácticamente en todos los sectores”, explica Olaf Schulenberg, director técnico en Goetze KG Armaturen. Las válvulas para procesos criogénicos se enfrentan a grandes retos. Deben resistir temperaturas de hasta menos 200 oC, y manejar gases inertes, oxígeno y GNL. En caso de LiHe (litio/helio), las válvulas deben soportar temperaturas de hasta menos 269 oC. Lo habitual, sin embargo, son “las aplicaciones a la temperatura de aplicación más baja del nitrógeno líquido mediante crioterapia hasta menos 196 oC”, apunta Olaf Schulenberg. Otros gases como el oxígeno, el argón o el dióxido de carbono se liquifican a tempe- raturas más altas. El gas natural licuado (GNL), por ejemplo, tiene una temperatura de menos 163 oC. “Por lo tanto, la mayoría de las válvulas están diseñadas para temperaturas de menos 200 oC”. Dúctiles, pero sin llegar a ser frágiles Las temperaturas especiales requieren materiales especiales, por ejemplo, aceros inoxidables de aleación y alta aleación, aleacio- nes de niquel, cobre y aleaciones de cobre, tales como el bronce y el latón. “Estos materiales muestran valores lo suficientemente dúctiles, pero sin llegar a ser frágiles”, enfatiza el director técnico de Goetze KG Armaturen. AGITADORES INDUSTRIALES PARA LA INDUSTRIA QUÍMICA Y PETROQÚIMICA