AGUA 66 Domingo Zarzo Martínez, presidente de AEDyR Nuevos retos y oportunidades en el sector del agua El año 2018 ha sido interesante para el sector del agua; se han celebrado (y se van a celebrar) mul- titud de importantes eventos, hemos tenido cambios políticos a nivel nacional que afectarán a la política del agua y contamos también con nuevas iniciativas legislativas a nivel europeo. España ha sido la sede de importantes congresos sobre reutilización este año, tanto la Regional Conference on Water Reuse and Salinity Management organizado por la IWA (International Water Association) en Murcia, como la IDA (International Desalination Association) International Conference on Water Reuse and Recycling: Making Every Drop Count (organi- zada por IDA y AEDyR en Valencia), lo cual resalta la importancia de nuestro país en el campo de la reutilización a nivel internacional. Esto no debería extrañarnos dado que España representa cerca de la mitad de toda la reutilización europea, con regiones que reuti- lizan prácticamente la totalidad de sus aguas residuales y quizá si debería animarnos a organizar algún evento internacional perió- dico (quizá algo similar a la Water Week de Singapur) para seguir vendiendo nuestra ‘marca España’ del agua. Esto podría verse favorecido por la celebración de una gran feria del agua, pero no lo facilita el hecho de que en la actualidad haya varias compitiendo entre si en lugar de crear un gran evento conjunto, aunque cele- brado en varias ciudades. En este sentido, la conferencia organizada por IDA y AEDyR sobre reutilización en Valencia el pasado mes de junio fue un éxito de público y crítica; con unos 200 inscritos de todo el mundo se trataron temas de gestión, planificación, tecnología, legislación, economía, etc. en distintos formatos; mesas redondas, debates, presentaciones y ponencias invitadas. A pesar de este liderazgo internacional, es difícil, sin embargo, con- tar con datos precisos de reutilización en España; hay datos que se manejan hace años sin ser contrastados (se habla siempre de algo entre 400 y 500 Hm3/año) y a menudo se confunden reutilización directa e indirecta. Cosa similar ocurre en el campo de la desalación, donde hay estimaciones del número de desaladoras y la capacidad instalada (también en un rango muy amplio entre 3,5 y 5 millones de m3 al día), pero es difícil identificar la gran cantidad de instalaciones de tamaño pequeño y mediano que quedan fuera de la lista de las más evidentes grandes instalaciones públicas y asimismo la capaci- dad real de producción de éstas es casi un secreto de estado. Respecto a la nueva legislación europea sobre reutilización parece que tampoco acaba de llegar a escena; seguimos manejando borradores que nunca acaban de confirmarse de forma definitiva. Esperemos que esto ocurra pronto, eliminando las incertidumbres y temores no solo del sector sino también de los usuarios afectados. Regreso al futuro... Hablemos ahora de desalación. La aplicación de estas tecnolo- gías en España tiene más de 50 años, desde la construcción de la primera desaladora en Lanzarote, una pequeña instalación de evaporación. Como es bien sabido, en este largo periodo desde entonces, la industria española se ha convertido en el primer nivel mundial del sector, con referencias por todo el mundo y es raro encontrar una licitación internacional donde no haya al menos 2 o 3 empresas españolas participando. Este año es también de celebración para nuestra asociación de desalación, AEDyR. Tras el primer congreso de IDA (Asociación Internacional de Desalación) celebrado en Madrid se estableció esta asociación como la primera afiliada a IDA perteneciente a un único país (no regional), hace ahora 20 años. La influencia de AEDyR en IDA ha ido creciendo con el tiempo y en la actualidad es tal, que contamos con 7 miembros en el Board of Directors, incluido su presidente.