TRIBUNA DE OPINIÓN Jordi Bosch, consultor de Seguridad de Procesos, Unidad de negocios de Seguridad de procesos en Tüv Süd ¿Necesito un Documento de Protección Contra Explosiones? En un anterior artículo de mi compañero Santi Díaz se abordaba el tema de las descargas elec- troestáticas y cómo su conocimiento nos permite alcanzar mejores resultados en la evaluación del riesgo de explosión para este tipo de fuente de ignición en el Documento de Protección Contra Explosiones (DPCE), pero antes de llegar a este punto debemos preguntarnos: ¿nece- sito un DPCE? Un DPCE es un documento requerido por el RD 681/2003 para aquellos lugares de trabajo en los que los trabajadores estén expuestos a atmósferas explosivas en el que evalúa el riesgo de explosión en un lugar de trabajo y en el que se recogen las medidas para el control del riesgo de explosión. Es por ello necesario identi car en primer lugar las sustancias pre- sentes capaces de generar atmosferas explosivas. Estas pueden ser: • Gases in amables como el hidrógeno • Líquidos in amables como la acetona • Líquidos combustibles como el aceite térmico • Sólidos combustibles como la harina Estas sustancias pueden estar presentes en el lugar de trabajo de diversas maneras. En primer lugar y las más fáciles de identi car, debido a su empleo en el proceso productivo –como el caso de gas natural empleado en cocinas y calderas–, pero también podemos encontrarnos casos en los que inicialmente no estaban presentes estas sustancias, pero se han generado durante el proceso produc- tivo. Ejemplos de dicha situación serían el metano generado en los digestores anaerobios de las depuradoras de aguas residuales o el serrín generado en el corte de madera. Otro aspecto fundamental a considerar para la identi cación de sustancias capaces de generar atmósferas in amables son las con- diciones de operación, pues como veremos a continuación con dos ejemplos pueden ocasionar atmósferas explosivas de sustancias que a priori no las consideraríamos. En distintos sectores industriales encontramos el empleo de aceite tér- mico que permite la trasferencia de calor tanto en sistemas calientes como en fríos con unos rangos de aplicación de -30 hasta más de 300 °C según el tipo de aceite. En aplicaciones a temperatura ambiente o inferior, los aceites térmicos no generan atmósferas explosivas, pero si se emplea a temperaturas su cientemente elevadas, puede alcanzar o superar su punto de in amación a partir del cual el líquido inicialmente inocuo es capaz de generar una cantidad su ciente de vapores que en contacto con el aire generan una atmósfera explosiva. Dudo que muchos de los lectores nunca hayan asociado algo tan coti- diano como las legumbres con las atmósferas explosivas. Al igual que en el caso anterior, en condiciones normales las legumbres como los garbanzos, lentejas o guisantes no generan atmósferas explosivas, pero en establecimientos industriales, donde se manipulan estando secas, su trasiego puede generar polvo debido a la rotura de su cubierta externa por la fricción entre ellas o con los elementos del sistema de transporte como tuberías o cangilones. Este polvo tiene una granulometría lo su cientemente na como para generar una atmósfera explosiva cuando se encuentra en suspensión en el aire. 18<<