Opinión 3) Instrucciones de uso. Donde el usuario tenga a su disposición toda la información para colocarse y quitarse el EPI de forma que el funcionamiento y el nivel de protección del equipo, sea el previsto por el fabricante. Para muchos, esto puede parecer una auténtica obviedad, ya que muchos “piensan” que saben perfectamente cómo ponerse una chaqueta, un casco, una más- cara de protección respiratoria, un tapón auditivo, etc. Aunque también puede parecer obvia la necesidad de que el usuario conozca sin lugar a dudas cómo colocarse el equipo para que ofrezca la protección en los niveles previstos por el fabricante, seguramente no nos sea muy difícil el encontrar ejemplos a nuestro alrededor de trabajadores (o usuarios particulares) que, o bien hacen caso omiso de esta información, o directamente nunca la recibieron. Será fácil encontrar usuarios de prendas de alta visibilidad que las usan desabrochadas; o personas que no se ajustan el protector respiratorio como es debido, propiciando niveles de fuga hacia el interior superiores a los previstos en los ensayos correspondientes y exponiéndose a niveles de conta- minantes superiores a los previstos por su factor de protección nominal; o usuarios de todo tipo de cascos de protección que hacen un uso indebido de este tipo de EPI, menoscabando la protección del casco en caso de impacto o caída (les invitamos a que observen detenidamente al ciclista medio y que se pregun- ten si el casco se mantendrá en su posición en caso de caída9: 4) Instrucciones acerca de las condiciones de almacenamiento, limpieza y mantenimiento. El fabricante es el mejor conocedor de las características asociadas al EPI, conoce sus materiales, pro- cesos de fabricación, usos previstos, etc. Por lo tanto, es quien debe establecer las condiciones en las que debe ser almacenado (condiciones de temperatura, humedad, ausencia de luz, etc.), lavado o desinfectado, mantenido o reparado, o transportado. El establecimiento de estas condiciones permitirá que el EPI sea utilizado en condiciones de seguridad hasta que haya finalizado su periodo de vida útil, momento en el que el EPI deberá ser tratado según especifique el fabricante en sus instrucciones. 5) Fecha o plazo de caducidad de los EPI. Es la fecha a partir de la cual el EPI ha llegado al final de su vida útil y no puede ser utilizado para los fines previstos por el fabricante, debido a cambios en sus propiedades de protección, o pérdida de funcio- nalidad. A partir de este momento el EPI debe ser desechado o reparado (según indicaciones del fabricante) El fabricante debe proporcionar la información necesaria para asegurarse de que el usuario pueda determinar un periodo razonable de obsoles- cencia o caducidad. Ya que el periodo de servicio del EPI puede depender de factores sobre los cuales el fabricante no tiene control, se puede dar información al usuario para que identifique los síntomas o características que le ayudarán a identificar que el EPI ya no es apto para el uso. Esta información puede estar relacionada con el envejecimiento de los materiales (aparición de grietas, roturas, decoloración, etc.), o con la evolución de una característica relacionada con el uso (por ejemplo, un in- cremento en la resistencia a la respiración) 6) Significado de los marcados. El marcado es otro elemento que da información al usuario, que suele estar directa o indirecta- mente relacionada con su seguridad, y suele estar directamente presentada sobre el EPI. La necesidad de su comprensión perfec- ta y ambigüedades por parte del usuario es también obvia, en principio. Nadie se metería en un foso infestado de cocodrilos en el que se ha colocado un letrero con una advertencia al respecto, salvo que este letrero esté escrito en sánscrito y el foso esté colocado en la Plaza Mayor de Madrid (sería la madre de todas las casualidades que un conocedor de esta lengua pudiese advertir a los confiados bañistas). Sin embargo, se- mejantes paradojas (que rozan la imprudencia temeraria), son tristemente habituales, y todos hemos tenido alguna vez un EPI en la mano cuyo marcado es tan absolutamente indescifrable que es digno de estudio en las más avanzadas escuelas de criptología. En ocasiones, el marcado es tan confuso, ambiguo o directamente insuficiente o inexistente, que el usuario no tendrá ni la más remota idea del fin exacto para el cual el EPI le ofrecerá protección. Por ello, es absolutamente vital el que el fabricante explique de forma precisa y clara el significado de todos los marcados que se colocan en el EPI (y sí, también es preciso explicar el significado del marcado CE, ya que éste se asocia con el cumplimiento de una o más directivas o reglamentos, y el usuario no suele conocer su significado) 52