definir condiciones seguras de procesos con los principios de falsación de Karl Popper, dado que los referidos incidentes o accidentes han provocado históricamente que se descartaran unas teorías para dar paso a otras mejores. Además, el hecho que estas teorías sean falsables, o refutables, demuestra, de paso, y también según el criterio de demarcación del propio Popper, que en el campo de la seguridad de procesos lo que hacemos puede considerarse ciencia. Para poner un ejemplo sobre como el racionalismo crítico afecta actualmente a un campo específico de la seguridad de proce- sos, cito al consultor de TÜV SÜD Process Safety Santi Díaz y la noticia “La descarga electrostática: el mayor responsable de las explosiones inexplicables”. Díaz expone que “la norma- tiva en materia electroestática está en constante progresión y revisión” y que “esto se debe a que cada vez existen más estudios e información”, aludiendo igualmente a la refutación como principio básico para el desarrollo de criterios aplicables en materia de seguridad frente a riesgos electroestáticos. Del mismo modo podemos encontrar situaciones similares en los modelos de cálculo de consecuencias o aquellos utilizados para el dimensionamiento de sistemas de alivio de presión en esce- narios químicos, campos en los cuales se ha producido un claro desarrollo del conocimiento en los últimos años. A estas alturas está claro que, desde el punto de vista filosó- fico, la rama que nos interesa es la epistemológica y no hace falta buscar mucho para seguir encontrando ejemplos de las relaciones existentes entre dichos conceptos y la seguridad de procesos. No obstante, a continuación nos fijaremos no tanto en el desarrollo de las leyes que rigen los criterios de seguridad sino en la manera como se construye dicho conocimiento en las personas u organizaciones. Así, y gracias a lo que describe el también consultor de TÜV SÜD Process Safety Ramón Notario en la noticia “¿Cómo aplicar las metodologías de análisis del riesgo en función del tipo de proceso?”, en la que expone brevemente su experiencia con un grupo de análisis del riesgo: “Observamos cómo la tolerancia del grupo al riesgo va disminuyendo paulatinamente y cómo, la combinación del conocimiento técnico del proceso y la “imagi- nación” del grupo, encuentra soluciones para reducir el mismo.” Permite constatar una vez más, si es que sirve de algo a estas alturas, que la perspectiva constructivista del conocimiento, por oposición a la de instrucción del mismo, es normalmente mucho más efectiva para dotar a las empresas de los criterios y sensibilidad necesaria en relación con los peligros presentes en las mismas o lo que podemos denominar en última instancia como cultura de seguridad de una organización. El principal reto en este sentido consiste en que las organizaciones abracen la perspectiva construccionista sin necesidad de sufrir ningún accidente o incidente que refuerce esta percepción, ya que en muchos casos estos no refutan ninguna de las leyes existentes y únicamente ayudan a demostrar que la gran mayoría de los accidentes ocurridos en las últimas décadas se habrían podido evitar aplicando el conocimiento disponible. Llegando al final del texto me gustaría realizar una reflexión sobre el trabajo como consultor de procesos, y para ello aludiré al modelo de desarrollo científico de Thomas Kuhn, según el cual podemos establecer de forma razonable que aquella parte de la ciencia relacionada con la seguridad de procesos que se encuentra recogida en normas, leyes, estándares y reglamen- tos constituye la ciencia normal, es decir, el paradigma que se aplica actualmente o aquello a lo que nos referimos cuando hablamos del estado actual del conocimiento. No obstante, como consultores, no debemos dejar de apasionarnos por identificar y estudiar las anomalías (o refutaciones) que darán paso a la revolución científica que conducirá finalmente a un nuevo paradigma, pero sobretodo debemos intentar que esta evolución hacia nuevas leyes sea posible sin que se produzcan nuevos accidentes que provoquen que nuestro aprendizaje sea, como en tantas ocasiones pasadas, doloroso para la sociedad. Por todo ello, y como conclusión principal, en la comunidad científica dedicada a la seguridad de procesos no debemos interpretar las dudas que tengamos como un punto débil en nuestro conocimiento sino como el camino a recorrer para seguir evitando todos aquellos accidentes que gracias a nuestro trabajo ya no han sucedido. “Porque fue mi maestro quien me enseñó no solamente cuan poco sabía, sino también que cualquiera que fuese el tipo de sabiduría a la que yo pudiese aspirar jamás, no podría consistir en otra cosa que en percatarme más plenamente de la infini- tud de mi ignorancia”. Karl Popper, Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual.• Opinión 39