Opinión Aproximación filosófica a la consultoría de seguridad de procesos En la seguridad de procesos debemos asumir que siempre es posible mejorar nuestros criterios, pero, por encima de todo, debemos intentar que esta evolución no se produzca de forma traumática como consecuencia de un accidente. Lo hemos hecho siempre así y nunca ha pasado nada. Esta es probablemente una de las frases que cualquier consultor en seguridad de procesos escuchará varias veces a lo largo de su carrera. La intención de quién realiza la afirmación es normalmente la de justificar que un proceso debe considerarse seguro teniendo únicamente en cuenta la experiencia existente. Esta afirmación habría sido bien recibida por Robert Boyle (sí, el de la Ley de Boyle), quién además de físico y químico era filósofo y gran defensor del empirismo. No obstante, si el consultor a cargo de la moderación del análisis del riesgo hubiese sido David Hume, la respuesta seguramente habría sido que ningún número finito de repeticiones de un hecho puede justificar que el hecho siga produciéndose de la misma manera en el futuro, rechazando el razonamiento induc- tivo como argumento para justificar la seguridad del proceso en cuestión. Entonces, ¿Cómo ha evolucionado la seguridad de procesos? Citando a Jordi Campos, Business Manager de la Unidad de negocio Process Safety en TÜV SÜD para España y Portugal, en la reciente entrevista publicada en Interempresas sobre cómo actuar frente a las explosiones, la constatación de que “la hu- manidad aprende de los riesgos gracias al estudio de éstos y en muchas ocasiones como consecuencia de que se producen incidentes o accidentes”. Esta reflexión, nos lleva directamente a relacionar la evolución de los criterios que aplicamos para 38 Alexis Pey, consultor experto en Seguridad de Procesos de TÜV SÜD Process Safety