Seguridad en oil & gas modo más natural y aumentando la protección frente a niveles de ruido perjudiciales. Las orejeras electrónicas también pueden mejorar la comu- nicación al amplificar los sonidos ambientales (incluyendo las señales de advertencia y las voces) hasta un nivel seguro, al tiempo que protegen contra ruidos fuertes, más dañinos. 2. Mantenerlos limpios Los tapones de oído tienen la singularidad de ser una pieza del equipo de protección individual (EPI) que se coloca en el interior del cuerpo. Aunque el canal auditivo es extraordinariamente resistente a la suciedad, un tapón de oído de espuma enro- llado va a transmitir todo lo que esté en los dedos al oído – y los trabajadores de la industria petrolera no son conocidos por la limpieza de sus manos. No es raro escuchar a un trabajador justificar que no utiliza la protección auditiva contando historias anecdóticas (y muy poco probables) de un conocido que tuvo infecciones en el oído y se quedó sordo. Los fabricantes han respondido con una amplia selección de tapones de oído en los que no es necesario tocar la parte que se inserta en el oído, como tapones que no necesitan enrollarse o tapones reutilizables con anillos de agarre. Teniendo esto en cuenta, los empleadores deberían ofrecer una gran variedad de protectores desechables y reutilizables, incluyendo modelos con anillos de inserción para los trabajos especialmente sucios. 3. Que sean fácilmente accesibles Las tareas ruidosas en los campos petrolíferos son variadas y con frecuencia distantes. Por lo general, los trabajadores renun- cian a la protección auditiva si esto significa tener que volver a su taquilla para coger los tapones, asumiendo a menudo que solo realizarán esta ruidosa tarea durante unos minutos. Sin embargo, la exposición al ruido sin protección de forma intermitente tiene un efecto acumulativo a nivel de las lesiones auditivas. Uno de nuestros objetivos a la hora de proteger a los trabaja- dores de la industria del petróleo y el gas es hacer que el EPI sea tan accesible que se elimine la excusa de la distancia. En lo referente a la protección auditiva, esto significa acercar los dispensadores al puesto de trabajo ruidoso o garantizar que los trabajadores lleven sus EPI encima. Por imposición normativa, los tapones de oído reutilizables se venden en cajas que caben sin problemas en un bolsillo o que se pueden colgar del cinturón o del casco. Existen pinzas para el cinturón que hacen posible coger fácilmente las orejeras cuando el trabajo se vuelve de repente ruidoso. Los empleadores deberían asegurarse que todos los trabajos comiencen con un informe de seguridad en los que se identifi- que todos los EPI importantes y que los trabajadores los lleven consigo. La protección auditiva debe ser una parte ineludible del equipo de un trabajador que se encuentre fuera de la sala de equipo, al igual que el casco. 72 4. Asegúrese de que sepan cómo usarlos Los trabajadores expuestos al ruido tienen pocos incentivos intrínsecos para protegerse de los ruidos fuertes. Después de todo, a diferencia de otras lesiones en la industria del petróleo y el gas, la pérdida de audición inducida por el ruido no causa dolor o trauma visible, no deja moretones o cicatrices visibles, es imperceptible en sus primeras etapas y, generalmente, se tarda años en diagnosticar. Los estudios muestran repetidamente que el mejor formato para la formación en materia de protección auditiva es la formación individual. La formación personal es mucho más eficaz que la formación en grupo en el ámbito de la protección auditiva, incluso si la formación consiste simplemente en una explicación de un minuto sobre cómo colocar los tapones de oídos en el marco de una charla para nuevos empleados. Los trabajadores que cuenta con cierta formación individual sobre la colocación de tapones auditivos han demostrado estar mucho mejor pro- tegidos, y tienen más probabilidades de alcanzar los niveles de protección que se indican en el embalaje. Por ejemplo, una gran empresa de mantenimiento de platafor- mas offshore del Mar del Norte con la que trabajó Honeywell, abordó el desafío de realizar una prueba de colocación de tapones entre varios cientos de sus trabajadores expuestos al ruido. Los trabajadores recibieron instrucciones de colocarse sus tapones habituales en la forma en que normalmente lo hacían. En esa primera prueba, el 30% de los trabajadores no lograron alcanzar la deseada protección de 16 dB, un nivel basado en los niveles de ruido medios ponderados en el tiempo de los empleados. Se impartió una breve formación individual y, en algunos casos, se suministraron nuevos tapones cuando la opción inicial corres- pondía claramente a un tamaño incorrecto. La repetición de la prueba confirmó una mejora de los niveles de protección, y, en este caso, el 95% de los trabajadores mostraban los niveles deseados. En esta muestra en concreto, prácticamente todos los trabaja- dores estaban protegidos adecuadamente con uno de tan solo tres diferentes modelos de tapones de oídos convencionales (incluyendo diferentes tamaños). Pero fue fundamental probar y formar de forma individual a cada trabajador para confirmar la colocación. El empleador que pone a disposición de sus trabajadores tapones auditivos sin formación está sentando las bases para una pérdida de audición inducida por el ruido en el trabajo. La pérdida de audición inducida por el ruido no tiene que ser simplemente el precio que uno debe pagar por trabajar en la industria del petróleo y el gas. Al proporcionar una protección adecuada que aborde la comunicación, la higiene y la facilidad de uso, un director de seguridad elimina los mayores obstáculos para la protección auditiva. Y a través de la formación individual y la prueba de colocación, los trabajadores reciben la mejor oportunidad de comprobar que la protección es efectiva.•