48 ENTREVISTA Hasta finales de 2015 no se podrá precisar, ya que el plan está todavía en fase de elaboración y hay que esperar también a que se desarrollen los procesos de participa- ción pública, que son una parte muy importante del pro- cedimiento. En todo caso, se puede adelantar que un cambio significativo será la obligada adaptación de las medidas previstas a la situación económica general, par- tiendo de la necesidad de garantizar la sostenibilidad eco- nómica de la planificación. ¿Cómo afecta el cambio climático? Este es un factor que se debe tener en cuenta y que por supuesto se contempla en el momento de elaborar la pla- nificación. En todo caso, se trata de unos impactos que todavía hoy son difíciles de predecir con detalle, geográ- fica y temporalmente. Podemos hablar de efectos a corto plazo (una o dos décadas) o largo plazo (a partir de mitad del siglo XXI), pero bajar al nivel de efectos diferenciados en nuestras cuencas es complicado, ya que se entra en el campo de la interpretación. Sobre las tendencias de las temperaturas hay menos dudas, pero sobre los cambios en los patrones de precipitación, en el ámbito local o re- gional, las incertidumbres son todavía elevadas. En todo caso, con carácter general, se espera que nuestro clima, que ya de por sí es irregular, todavía se extreme más. ¿Cómo se materializará? Se esperan sequías más frecuentes y probablemente más prolongadas, aunque quizá no más intensas que las tres de décadas, respecto las aportaciones medias de los últimos 30 años, aproximadamente. Otros efectos hidro- lógicos, que son quizá menos visibles, serían los ligados directamente a los incrementos de temperatura, que comportarán mayores evapotranspiraciones (mayor de- manda de riego, pero también menor disponibilidad de caudales en ríos y acuíferos puesto que los bosques eva- potranspiraran un porcentaje mayor de la lluvia caída y se reducirá la escorrentía). Si estas temperaturas superan ciertos umbrales, podrían observarse efectos a nivel de progresión de especies invasoras de climas más cálidos, mayor riesgo de incendios, estabilización de zonas cálidas en embalses y lagos (que podrían comportar su eutrofi- zación), etc. ¿Qué diferencias existen en la distribución de los re- cursos hídricos entre, por ejemplo, el sector medite- rráneo, el central, el septentrional y el noroccidental? Existen diferencias notables. El sector noroccidental tiene las características de un clima atlántico, con lluvias y nieve que se registran de manera muy constante. Si a esto se une el hecho de que las demandas (y la densidad de población, en definitiva) son escasas, resulta que éstas cuentan con garantías y disponibilidad excelentes. La práctica totalidad de sus recursos (exceptuando Garona), fluyen hacia el sector central del país, a la plana de Lleida, donde se cuenta con pluviometrías muy escasas y, en cambio, las mayores demandas de agua, con los riegos de los canales de Urgell, Pinyana o Aragó-Catalunya. Jordi Molist, durante su intervención en la jornada Tratamiento, regulación y abastecimiento de agua potable, celebrada en Barcelona el pasado 16 de octubre. ¿Qué cambios o mejoras incluirán? ¿Qué inversiones hay previstas en Programa de medidas para los pró- ximos años? vividas en estos últimos años. También se esperan agua- ceros más violentos. En conjunto, las aportaciones fluvia- les se podrían reducir entre un 5 y un 10% en un par o panorama