32 EXPOQUIMIA químicos de Huelva y Algeciras, y en zonas como en la Comunidad Valenciana, se está apostando firmemente por el desarrollo de nuestro tejido industrial. Estos factores y otros muchos, unidos al apoyo institucional del Gobierno, son una base muy sólida para construir una industria que, actualmente, creo que sólo precisa como prioridad urgente la reducción de la factura eléctrica. Pero tampoco debemos olvidar que el principal factor es que haya mercado.... que haya demanda. Y en nuestro caso, las previsiones son claras. El sector químico será hasta 2030, el sector industrial que presente un mayor cre- cimiento en el mundo. Un 4,5% anual de media durante los próximos 16 años. Hay que tener en cuenta que la sociedad actual se en- frenta a un amplio abanico de retos sociales que precisan, para su resolución, de una clara apuesta por la investiga- ción e innovación. Las soluciones sostenibles a gran parte de estos retos pasan por desarrollos en el campo de la química que es una constante fuente de innovaciones y eje director para el desarrollo económico en otros secto- res de actividad. Y precisamente ante la evolución de los factores señala- dos, es donde la industria química presenta su fortaleza, esencialmente por su capacidad de dar soluciones globa- les a problemas relacionados con la energía y el cambio climático, agua y alimentación, crecimiento demográfico y salud, mantenimiento de recursos naturales y protec- ción del medio ambiente. Pero lo importante no es que el sector crezca, que lo es, sino que lo haga en España. Tenemos que ser capaces de que España sea uno de los países que protagonice este crecimiento. Tenemos, desde luego la oportunidad. Y nuestra oportunidad se llama shale gas. También la ex- plotación de hidrocarburos convencionales, pero en el caso del shale gas, con las estimación actual de recursos en nuestro subsuelo, revolucionaríamos la industria en nues- tro país, tal y como ha sucedido en los Estados Unidos. En un país como el nuestro, con una dependencia ener- gética exterior que nos cuesta anualmente en el entorno de los 50.000 millones de euros, la posibilidad de dispo- ner de una fuente de energía propia y no dependiente de condiciones atmosféricas, es sin duda una oportuni- dad histórica. Los estudios más fiables para evaluar el volumen de hi- drocarburos no convencionales que podría almacenar España, estiman la disponibilidad de unas reservas equi- valentes a 50 años de consumo de gas, lo que supondría el ahorro anual de más de 13.000 millones de Euros en nuestra factura energética. Pero su desarrollo generaría no sólo un positivo impacto sobre los costes energéticos, sino también en la obten- ción de materias primas a un coste muy competitivo. No olvidemos además, que el impacto del shale gas en la economía estadounidense no se ha limitado a acapa- rar la inversión industrial química. Ha incrementado en 3,5 puntos el crecimiento del conjunto de los sectores manufactureros, ha generado más 900.000 empleos, y ha reducido en 1.000 dólares la factura anual de los ho- gares. Y en este sentido debo también agradecer el esfuerzo del Ministerio en la defensa de la exploración de este recurso. Pocas veces los países tenemos oportunidades de modificar de una forma tan sensible nuestro futuro. Y pese a los esfuerzos de Rusia o de algunos países eu- ropeos que no tienen o no pueden extraer recursos de este tipo, para que no extraigamos nuestro propio gas, creo que no podemos, ni debemos fallar. En mi opinión, esta oportunidad, junto a la evolución pre- vista del mercado y la demanda mundiales de productos químicos, establece un marco de futuro que me atrevo considerar optimista. Esta vez depende de nosotros y tenemos que trabajar unidos. Apostemos por nuestra industria hoy y garantizaremos el futuro.I panorama