44 VÁLVULAS Figura 4: Válvula de retención o anti-retorno. Válvulas de control direccional Un tercer tipo de válvulas direcciona el flujo del caudal. Las válvulas de retención o anti-retorno (ver Figura 4), aseguran el caudal en un solo sentido. En la mayoría de diseños, la fuerza del fluido aguas arriba empuja un obturador actuado por muelle, permitiendo el paso del caudal. Si aumenta la contrapresión aguas abajo, el obturador apoyado por el muelle vuelve a cerrar contra el asiento, evitando el flujo hacia atrás. Las válvulas de retención están disponibles con presiones de disparo fijas o ajustables. Algunas válvulas de bola y diafragma están disponibles con múltiples puertas de conexión. La mayoría de válvulas multi- puerta tienen una entrada común y varias salidas, y pueden tener o no una posición central cerrada (ver Figura 5). Válvulas de protección contra sobrepresión Las válvulas de esta categoría evitan la acumulación de presión más allá de un cierto valor de disparo, y hay dife- rentes tipos. Consejos útiles Conocer la aplicación: al seleccionar una válvula, debemos tener a mano información tal como la composición química del fluido del sistema y los rangos completos de presión y temperatura a los que estará sujeta la válvula durante su vida de servicio. Hay que estar seguros de que nuestra opción puede trabajar con estos parámetros. Y no hay que ju- gársela con aproximaciones, vale la pena consultar la información del producto. Comprobar la compatibilidad de los materiales: es posible tener la válvula correcta pero con materiales de cons- trucción incorrectos. Las válvulas vienen normalmente con unos materiales estándar, pero suelen haber alternativas. Debemos comprobar en el catálogo del producto los rangos de presión y temperatura, así como la compatibilidad quí- mica con diferentes fluidos de sistema. En caso de duda, hay que consultar al representante del fabricante. Conocer los programas de mantenimiento: válvulas diferentes pueden tener programas de mantenimiento distintos, y los parámetros del sistema, incluyendo el número de veces que la válvula es actuada, influirán en este programa. Este punto, aunque obvio, pasa a menudo inadvertido. ¿Estamos dispuestos a mantener cada 20 días una válvula que está situada a 30 metros de altura? Conocer la caída de presión: una válvula produce una caída de presión en el sistema. Necesitamos conocer las pér- didas de carga acumuladas, ya que de otro modo podemos acabar con una presión insuficiente en un determinado punto de la línea. Cada válvula tiene un coeficiente de caudal (Cv), que describe la relación entre la pérdida de carga a través del orificio de paso y un determinado caudal. A mayor Cv, menor pérdida de carga. Una válvula de bola y una válvula de aguja del mismo diámetro producirán caídas de presión muy diferentes: la válvula de bola provoca muy poca pérdida de carga, mientras que la de aguja (o cualquier válvula de globo) producirá una caída de presión muy significativa. Coste total de propiedad: el coste real de una válvula no es el precio de adquisición. El coste real es el precio de compra más el coste de posesión, mantenimiento y recambio al cabo del tiempo. Para calcular el coste total de pro- piedad, hay que conocer cuánto tiempo operará la válvula en nuestro sistema particular, entre comprobaciones de mantenimiento. Los costes de mantenimiento no sólo deben incluir las piezas de recambio, sino también los tiempos de mano de obra y parada. Algunas válvulas pueden ser mantenidas en campo, pero otras deben retirarse de la línea. Además hay que considerar también la posibilidad de reparaciones no previstas y tiempos de parada inesperados. tecnología