SEGURIDAD 41 Sería fácil asumir que aquellas personas que de- penden del uso de equipos para detectar at- mósferas inflamables, tóxicas o nocivas, los comprueban a fondo regularmente. No obstante, el listado de accidentes graves que se dan hoy día de- muestra que todavía hay que trabajar para animar a los usuarios de la industria a establecer rutinas de comprobación del material como parte de una políti- ca de seguridad responsable en su actividad. La gran mayoría de fabricantes de equipos portátiles de de- tección de gases recomiendan la comprobación diaria del equipo antes de su uso. En Europa existe una guía básica (BS EN 60079-29-2:2007) que abarca la selec- ción, instalación, uso y mantenimiento de detectores de gases inflamables. En dicho documento se afirma que: “la inspección y la comprobación sirven para verifi- car que el equipo se encuentra en un estado óptimo. Se recomienda que la comprobación la realice el personal que utiliza el equipo y que se haga a diario, especialmente si el aparato tiene sensores catalíticos, electroquímicos o semi- conductores y se utiliza bajo condiciones extremas”. Es importante realizar comprobaciones de forma regular para asegurarse del correcto funcionamiento de los equi- pos de detección de gas. Éstos pueden fallar por distintos motivos, por ello los fabricantes coinciden en la necesidad de comprobar los equipos portátiles antes de cada uso. A menudo, los equipos de detección se utilizan en ambientes con condiciones severas y se exponen a daños físicos, lo que puede provocar que los puertos del sensor se obstru- yan o dañen. También podría suceder que tuvieran proble- mas de fabricación. Es fundamental ser conscientes de que, cuando los detec- tores de gas fallan, en muchos casos lo hacen dando una lectura de idoneidad cuando en realidad la atmósfera no es segura, siendo los equipos portátiles especialmente vul- nerables debido a la naturaleza de su uso. Cuando esto su- cede, se crea una situación de riesgo ya que, si el sensor falla, el usuario no tendrá constancia de ello. No existe nin- gún tipo de alarma que avise de que el equipo está fallando y, consecuentemente, el usuario no será consciente de la existencia de una fuga de gas o del peligro de una acumu- lación del mismo. En este sentido, también es importante destacar que los sensores catalíticos inflamables y los sen- sores electroquímicos fallan a nivel cero, lo que significa que el lector del equipo permanece a cero a pesar de exis- tir la presencia de un gas peligroso. Nueva botella Freshline Plus de Carburos Metálicos, que minimiza la contaminación en la producción de alimentos. Riesgo de accidentes En los últimos dos años se han producido distin- tos accidentes de gravedad con fatales desenla- ces. Aunque no todos tienen su causa en el fallo de los equipos detectores de gas, recuerdan de forma muy clara los riesgos potenciales que exis- ten. Uno de los ejemplos más recientes tuvo lugar en noviembre de 2012, cuando una empresa del Reino Unido fue sancionada por poner en peligro a sus empleados por permitirles trabajar en espacios cerrados sin la formación pertinente ni medidas de seguridad adecuadas. En un comunicado, los ins- pectores de la Health and Safety Executive – orga- tecnología