INDUSTRIA 4.0 24 Desde los inicios de la IA un objetivo de parte de la comunidad científica ha sido crear una especie autónoma, "argumentan que debe serlo –puntualiza Torras– para que sea una inteligencia arti- ficial real, si es subordinada no es completamente inteligente”, pero desde hace algunos años la robótica pone el foco en los aspectos éticos de una tecnología en construcción, a la que se le atribuye la capacidad futura de adquirir inteligencia de manera exponencial, y que avanza imparable. La sociedad también está implicada en la toma de conciencia del uso y la finalidad de las posibilidades tecnológicas que tiene a su alcance. La implan- tación de las máquinas debe servir para que los ciudadanos desarrollen la creatividad y el pensamiento crítico, cultiven sus relaciones interpersonales y disfruten de un ocio tecnoló- gico enriquecedor. A este respecto, Torras señala que “se está abriendo una brecha entre aquellos que aprovechan la tecnolo- gía para cultivarse y tener relaciones más plenas” y aquellos que la utilizan para consumir un tiempo de ocio de escasa relevancia o aportación al crecimiento personal. Por otra parte habrá que estar alerta sobre qué capacidades delegamos en los instrumen- tos tecnológicos, como la memorización, la interpretación de mapas o la orientación, y hallar las herramientas que compensen los posibles déficits. Como consumidores somos perfiles en miles de datos, aun así, no son suficientes para determinar la variedad de nuestros intereses e inquietudes, mientras la red se obstina en abocarnos a un bucle reduccionista. En cualquier caso, hemos perdido el miedo a las máquinas, hoy son complementarias, colaborativas, fáciles de programar por no expertos, y la robótica social ya nos ha mostrado robots huma- noides haciendo de guías en museos u ofreciendo información en aeropuertos; además serán nuestros cuidadores en el futuro. Pero ¿puede un robot tomar decisiones inteligentes? y, ¿es eso suficiente? Cuando nuestro neocortex se plegó y nuestro lóbulo frontal creció para alojarlo, su superficie se multiplicó de manera asombrosa, adquiriendo mayores niveles de abstracción. Y ahí empezó todo. Hoy, la máquina más compleja que se conoce, el cerebro humano, es objeto de investigación en múltiples proyectos que buscan su deconstrucción. Viene a ser como utilizar ingeniería inversa para lograr emulaciones tecnológicas del cerebro. Estas investigaciones tratan de conocer los mecanismos que utiliza el cerebro para archivar y recuperar la información, y emularlos en un ordenador. El proyecto Brain es uno de los más populares. Estas fueron las palabras del expresidente Obama cuando anuncio la iniciativa en 2013: “Es preciso obtener una fotografía dinámica del funcionamiento de nuestro cerebro para entender mejor cómo pensamos, cómo aprendemos y cómo recordamos.” La investi- gadora Carme Torras se muestra escéptica con la posibilidad de mapear el cerebro de un modo tan detallado, neurona a neurona, conexión a conexión..., “no lo veo abordable”, afirma. Reproducir el neocórtex biológico para lograr crear máqui- nas no sólo inteligentes sino conscientes es el objetivo de Ray Kurzweil, científico especializado en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, desde 2012 director de Ingeniería en Google y autor de numerosos libros, quien utiliza como método computacional la teoría de reconocimiento de patrones, enten- diendo que la información se organiza en el cerebro de manera jerárquica en base a la repetición de modelos simples y la redun- dancia de todos los procesos. Sin embargo, por el momento, la IA es especializada; estas máquinas se caracterizan por ser muy buenas en cosas concretas pero no se ha llegado a la inteligencia artificial general. Los robots, en su funcionamiento secuencial (el cerebro funciona de manera simultánea) con sus millones de datos y gran velocidad de procesamiento, son asombrosamente eficientes en, por ejemplo, predicciones, por lo que resultan útiles en el ámbito de la prevención. Sí, nuestro cerebro, ante una situación dada, también acude a los datos que tiene archivados con todos los imputs acumulados con sus vivencias, desde el útero materno, para convertirlos en res-