INDUSTRIA 4.0 22 La nueva robótica permite a la industria acceder a nuevos mercados y a clientes más pequeños. Los cobots o robots cola- borativos son uno de los ámbitos en expansión ya que permiten una producción flexible y han abierto la puerta al acercamiento hombre-máquina, facilitando la automatización de tareas que antes no era posible. David Trabal destaca el papel que la robótica colaborativa ten- drá en los próximos años y nos da algunos detalles sobre este tipo de máquinas: “Entendemos como robótica colaborativa, brazos robóticos que pueden trabajar con total seguridad cerca de personas y ayudar en distintas tareas al usuario. Esta robótica colaborativa dispone adicionalmente de sistemas de programación mucho más intuitivos, que les acercan a un público no necesariamente especializado, principalmente en soluciones simples. Fanuc ha desarrollado un total de 5 modelos de robots colaborativos que van desde los 4 kg de carga hasta los 35 kg.” En cuanto a robótica social, un ámbito donde la industria robótica tiene un importante mercado potencial, David Rivera argumenta: “Existen múltiples avances en robótica social a nivel mundial, sobre todo en Japón, donde ya están poniendo en práctica nume- rosos robots en situaciones que ayudan, dan soporte, o facilitan la vida de las personas. Yaskawa participa en este segmento social a través de su colaboración con ReWalk Robotics, especialista en la tecnología de exoesqueletos robóticos para personas con discapa- cidades de las extremidades inferiores como paraplejia, lesiones de médula espinal, esclerosis múltiple y parálisis cerebral. Utilizando este dispositivo, las personas son capaces de caminar, aunque su parte inferior del cuerpo esté completamente paralizada.” Desde el IRI –Instituto de Robótica e Informática Industrial, centro de investigación dependiente de la UPC, Universidad Politécnica de Cataluña, y del CSIC–, por su parte, se está llevando a cabo un proyecto robótico muy particular dirigido por la investigadora Carme Torras, matemática y escritora especialista en inteligencia artificial y robótica. Su particularidad es el tipo de material a mani- pular por el robot: ropa. La manipulación de objetos deformables es precisamente uno de los retos que el sector debe superar antes de sacar los robots a la calle. “La manipulación de objetos rígidos –nos explica Torras– involucra solamente seis grados de libertad, tres de posición y tres de orientación, mientras que la ropa tiene infinitas configuraciones posibles . El robot de manipulación de ropa está concebido para tres aplicaciones, que así nos detalla la responsable de la investigación: “ayudar a vestir a personas con movilidad reducida; la logística hospitalaria, como recoger toallas, etc., y en el ámbito de la distribución industrial, por ejemplo, en los retornos en la logística, útil para empresas que venden ropa por internet y atienden devoluciones de producto”. Las nuevas tecnologías 4.0 pueden dar respuesta a nuevas exigen- cias y necesidades del mercado al tiempo que están permitiendo a las empresas transformar sus modelos de negocio. La presión del consumidor, que demanda productos y servicios a medida y que da por supuesta la inmediatez, está llevando a la industria manufacturera a una estrecha colaboración con proveedores de servicios digitales. Un ejemplo es la industria automovilística, que colabora con empresas de servicios de tecnología para atender a un consumidor con nuevos hábitos y habilidades. Un consumidor cada vez más acostumbrado a pagar cuotas por servicios o por el uso de productos que no son suyos, en una nueva filosofía de compartir, cooperar, reusar y reciclar, en la que la necesidad de posesión física parece diluirse. La implementación de las nuevas herramientas tecnológicas van a permitir la ‘personalización masiva’ del producto, con especial protagonismo de las tecnologías de impresión por adición, con sus granjas de impresoras. Otra consecuencia de este nuevo paso en la automatización industrial será la progresiva relocalización de las fábricas, en algunos casos veremos centros de produc- ción urbanos en zonas de la ciudad ligadas a la innovación, la tecnología y el diseño, con producciones cercanas al cliente, lo cual además, reduce los costes de transporte y con ello la hue- lla ecológica del producto. El big data y el internet de las cosas traerán nuevas formas de producción y distribución, y también cambiarán nuestras ciudades, haciéndolas más inteligentes: más eficientes y más amigables.