C M Y CM MY CY CMY K RECICLAJE Bolsas de plástico 'que no pueden respirar' 64 Muchas bolsas de bio-plástico no deben acabar en la basura. Se disuelven demasiado lentamente en entornos de cientes de oxígeno como las plantas de biogás y cuando se incineran son una carga para el medio ambiente. Un proyecto de investigación en el Centro Austriaco de Biotecnología Industrial (acib) busca enzimas que aceleren la degradación y eviten las emisiones. El objetivo es reducir las montañas de plástico y reemplazar los envases convencionales por polímeros de base biológica. Austrian Centre of Industrial Biotechnology (Acib) Solo muy pocos lo saben y todos lo hacemos, las bolsas de bio- plástico no tienen cabida en los contenedores de recolección de residuos orgánicos. Según la norma DIN EN 13432, la bio- degradabilidad signi ca que, tras un periodo de tiempo establecido, el 90% de un material se ha degradado a agua, CO2 o biomasa en condiciones de nidas de temperatura, oxígeno y humedad en pre- sencia de bacterias u hongos. Últimamente, parte del biorresiduo en bolsas de plástico se ha introducido en plantas de biogás donde las condiciones anaeróbicas (entorno privado de oxígeno) generan bio- gás como una valiosa fuente de energía. “Bajo estas circunstancias, las bolsas de ciertos tipos de polímeros solo pueden degradarse muy lentamente. Los biorresiduos no se pueden liberar y el proceso se interrumpe”, indica Doris Ribitsch, cientí ca del Centro austriaco de biotecnología industrial (acib). Junto con un equipo en Tulln (Austria), aborda la cuestión de si la descomposición del plástico etiquetado como biodegradable, como las bolsas de plástico de residuos binarios o los envases de alimen- tos, podría funcionar también en las plantas de fermentación. Botox en Bio-lodo Primero, los cientí cos hicieron algunas investigaciones 'in-silico'. “Detectamos miles de entradas en una base de datos de enzimas para identi car ciertas bacterias, que producen enzimas especí cas para la degradación del plástico”, señaló Ribitsch. Tras algunos años tuvieron éxito. “La bacteria Clostridium botulinum cuyas proteínas también están presentes en Botox cumple con todos los requisi- tos”, declara el cientí co, “y pequeñas cantidades de esta sustancia también están presentes en los lodos biológicos”. Para permitir que las enzimas de las bacterias degraden el plástico en condiciones anaeróbicas en un área grande, se requieren esfuerzos de ingeniería considerables.