34 PRODUCCIÓN DE PLÁSTICOS Realmente se obtuvieron ahorros considerables pero las expectativas extremadamente altas se vie- ron decepcionadas sin excepción. Teniendo en cuenta el incremento de los costes salariales, los dere- chos de aduanas y otros costes relacionados con la pro- ducción en China, ha comenzado un nuevo traslado de la producción —esta vez de regreso a Norteamérica, una tendencia que han denominado ‘Reshoring’—. El término Reshoring fue acuñado en 2012 y significa el regreso, cada vez mayor, de determinados tipos de pro- ducción desde China y otros países con costes de pro- ducción bajos, a los EE UU y Canadá. ‘Determinados’ se refiere aquí a procesos de producción avanzados: piezas de alta tecnología o complejas que requieren personal es- pecializado y cualificado para el diseño de producto, des- arrollo de moldes y herramientas, así como exigentes procesos de moldeo por inyección, extrusión y de proce- samiento de otro tipo. Los costes elevados influyen en la producción Los impulsores del Reshoring son fáciles de señalar: China se está volviendo demasiado cara en cuanto a cos- tes salariales y de otro tipo, para que las empresas nor- teamericanas puedan lograr los márgenes de beneficios a los que aspiran. Esto es especialmente aplicable a los procesadores de plásticos y fabricantes de moldes que habían establecido allí sus centros de producción para atender a los clientes OEM, crear un negocio regional o suministrar productos a los mercados interiores. Además, los gastos reiterados reducen los márgenes. Esto incluye, por ejemplo, los viajes de inspección de los directores norteamericanos a China, los crecientes im- PLASTICOS puestos y derechos de aduanas locales, los tiempos de transporte y el aumento de los costes de transporte (casi siempre en barco) a Norteamérica o a otras regiones, así como el frecuente reprocesamiento de los moldes para corregir fallos o el trabajo deficiente. Esto último no sólo aumenta los costes, sino que también produce retrasos de la introducción en el mercado, lo que a su vez reper- cute sobre las ventas y las ventajas competitivas de la empresa. Al principio de la producción en el extranjero, los produc- tos fabricados en China tenían una ventaja de costes del 30 al 40% respecto a los fabricados en Norteamérica, principalmente debido a los bajos costes salariales. Los problemas de calidad, tiempos de transporte y viajes de los responsables a China no se contemplaban como crí- ticos en la cuenta total de costes. Un ejemplo de la mano de obra extremadamente barata en China: En 1996 un directivo alemán visitó una planta de fabricación de máquinas en Pekín que había remode- lado su empresa para la producción de instalaciones de extrusión. El suelo de la fábrica se había cubierto con bal- dosines de cerámica pequeños (6,45 cm2). En los países occidentales se habrían colocado losetas prefabricadas para reducir los costes, pero en Alemania esto habría se- guido siendo más caro que la colocación individual de bal- dosines en China por parte de docenas de trabajadores chinos. China se está volviendo demasiado cara en cuanto a costes salariales y de otro tipo, para que las empresas norteamericanas puedan lograr los márgenes de beneficios a los que aspiran UNIVERSALES panorama Autor: Raphael Pinto. Autor: Raphael Pinto.