Evolución por subsectores en el mercado europeo. Índices de producción a precios constantes, base 2015=100. Evolución por subsectores en el mercado español. Índices de producción a precios constantes, base 2015=100. ESTUDIO DE MERCADO 96 2018, pero crecerán en los años siguientes hasta convertir a la construcción sanitaria en el subsector más expansivo gracias a grandes avances en mercados pequeños como Holanda, Irlanda, Noruega o Suecia. Del 2020 en adelante, los nichos movidos por la promoción privada no serán capaces de alcanzar el ritmo de crecimiento del PIB, con dificultades añadidas para la construc- ción industrial y la comercial. El crecimiento anual promedio 2020-2022 es del 0,7%. La ingeniería civil se ha incorporado tarde a la recuperación (hasta 2018 no ha experimentado un crecimiento comparable al de la edificación de nueva planta), pero será el mercado menos afectado por la incertidumbre. Buena parte de este mercado son proyectos de gran envergadura y duración, financiados mayoritariamente desde las instituciones públicas, las cuales tienden a salvaguardar- los, e incluso a utilizarlos como palancas anticíclicas. Pese a que la construcción de infraestructuras será la que haga más por el crecimiento del sector en los próximos años, tampoco conseguirá escapar de la desaceleración, aunque sí del estancamiento. La pre- visión contempla un 2019 de crecimiento potente (5,1%) seguida por un 2020 (2,6%) y 2021 (2,2%) en los que se dejará notar la ausencia de contribución de Alemania, si bien es el único entre los grandes mercados en donde la ingeniería civil plantea dudas. La proyección para 2022 (1,8%) indica una continuación no dramática de la desaceleración. El nicho de mercado donde se concentran las mejores expectativas de crecimiento es el ferrocarril; y los más discretos, las carreteras y las infraestructuras hidráulicas. El cre- cimiento anual promedio 2020-2022 es del 2,2%. Situación y previsiones en España: eguir creciendo se vuelve más difícil Durante 2019 se ha ido extendiendo la sensación de vulnerabilidad de la economía española, una sensación amplificada por el bloqueo político y por la exposición a la “desaceleración sincronizada” de la que ha alertado el FMI. Pese a todo, se espera que España será capaz de sacar provecho de los nuevos estímulos monetarios del BCE y se limitará a desacelerarse de forma progresiva sin que se derrumbe ni el consumo privado ni la inversión. El crecimiento irá reduciéndose hasta quedarse en el 1,6% en 2021, con expectativas de que la desaceleración no se extienda al 2022. La construcción ha sido uno de los sectores productivos en donde los indicios de agotamiento han tardado más en aparecer, algo normal en un mercado con muchas inercias y que en su momento también se sumó más tarde a la recuperación. Como suele ocurrir en los momentos de cambio, los signos de que se avecinan compli- caciones (cifra de ocupados, índice de confianza) conviven con otros en clave continuista (consumo de cemento, inversión inmobiliaria mayorista). La previsión contempla crecimientos superiores al PIB, particularmente en 2019 (4,6%) y 2020 (3,1%). Pero al contrario del PIB, que según la mayoría de analistas tenderá a acelerarse del 2020 en adelante, la previsión para la construcción contempla que la desaceleración continuará en 2021 (2,0%) y 2022 (0,7%). Si la construcción ha entrado con retraso en la fase de enfria- miento, su salida también podría producirse más tarde. En el mercado de la vivienda se detecta claramente esa coexistencia de indicadores positivos y negativos: la compraventa parece haber tocar techo y tanto la concesión de hipotecas, los precios de venta y los inicios de vivienda están perdiendo fuerza, a pesar de seguir creciendo. Por si solos, estos indicios son poco concluyentes para ratificar si el margen de crecimiento se ha agotado, pero en un con- texto de empeoramiento económico, es arriesgado ignorarlos. La previsión contempla tres años más de crecimiento, pero cada vez menor, del 8,5% en 2019 al 0,5% en 2021, conforme la cartera de proyectos se va vaciando a mayor ritmo que se repone. Esta tendencia desemboca finalmente en un 2022 negativo (-2%) puesto que no creemos que las zonas del país que hasta ahora han vivido ajenas al despertar de la vivienda consigan reaccionar en los próximos años, con el viento económico en contra. Y si la demanda no logra extenderse y continúa confinada en las mismas zonas que ahora, será difícil que la producción efectúe el salto de escala que el sector lleva años esperando. La edificación no residencial también emite señales de diferente signo: los promotores de nueva superficie demuestran una cau- tela aparentemente superior a la de los inversores inmobiliarios, entre los cuales aún no se ha disipado la euforia de los años anteriores pese a que los retornos se hayan vuelto más modes-