Pavimentos y revestimientos 93

UNILIN defiende criterios más estrictos de resistencia al agua en los laminados La resistencia al agua es probablemente el reto más importante que tienen los pavimentos laminados. En UNILIN consideran que el método de ensayo vigente es insuficente y utilizan pruebas más precisas y estrictas, que se realizan después de la instalación de los suelos. Se trata de la prueba con fregonas y la prueba con cilindros de agua planchas del suelo instalado, se llenan de agua y jabón y con ello se evalúan los biseles y la calidad de la instalación. Pasadas 4, 12 o incluso 24 horas se examina y se mide la hinchazón. «Hasta ahora nunca hemos visto una dilatación de más de 0,05 mm. Además, se analiza la permeabilidad de todos los puntos de contacto. Y también realizamos la prueba con otros líquidos típicamente "domésticos" como vino u orina de mascotas, pero nuestros suelos siguen teniendo un resultado igual de bueno», asegura Jasper De Jaeger. Siempre con el usuario real en mente. El ensayo de UNILIN en condiciones reales se llevó a cabo para probar los suelos en situaciones como las que ocurren en la vida cotidiana: una lavadora que pierde agua, una bebida derramada, un cachorro que orina en el suelo, etc. «Los análisis como el ensayo de inmersión estándar no son relevantes para el consumidor final porque no examinan suelos instalados en circunstancias de la vida real», afirma De Jaeger. E insiste en que «nuestra prueba en condiciones reales sí lo hace». Porque ¿qué pasa si uno está bañando a un niño que no para de salpicar agua? ¿O si se tira accidentalmente un jarrón? UNILIN somete sus suelos a todas estas situaciones y muchas más. De ahí que sus clientes «pueden tener la certeza de haber elegido un suelo laminado a prueba de agua». La brillante tecnología detrás del laminado biselado resistente al agua de UNILIN. Resistentes, versátiles, fáciles de limpiar y asequibles, los suelos laminados son una opción de gran popularidad en la decoración de interiores. Y ahora que ha entrado en escena el laminado biselado resistente al agua, va informe h Hoy en día, la resistencia al agua del laminado se evalúa mediante un ensayo de inmersión. Para ello, se sumergen en agua planchas de muestra del suelo laminado y luego se mide su grado de hinchazón. Sin embargo, este método tiene un problema. «Sólo examina la resistencia al agua de las planchas por separado, no la del suelo instalado en su conjunto», explica Jasper De Jaeger, director de Servicios Técnicos de UNILIN. «Ese es el motivo por el que hemos desarrollado nuestros propios ensayos, que son más precisos, estrictos y, sobre todo, representativos de las situaciones que se dan en la vida real», afirma. El sector de los suelos todavía no cuenta con un estándar aceptado de forma generalizada para las pruebas de resistencia al agua de los suelos flotantes. Si bien habitualmente para medir este factor en suelos laminados se usa el ensayo de inmersión, se están poniendo sobre la mesa propuestas de nuevos criterios. «Las únicas pruebas relevantes son las que se realizan después de la instalación», aclara De Jasper, «y sólo se puede hablar verdaderamente de un pavimento laminado resistente al agua si se demuestra su impermeabilidad una vez que ha sido instalado con sus juntas, biseles, perímetros, etc.». En su proceso de innovación continua, UNILIN ha desarrollado sus propias pruebas de estanqueidad para garantizar que los suelos laminados sean realmente a prueba de agua. «Después de amplias investigaciones y experiencias, hemos desarrollado tres tipos de análisis para evaluar un suelo laminado instalado: una prueba con fregonas, una con cilindros de agua y una en condiciones reales», señala Jasper De Jaeger. De esta manera, «examinamos nuestros productos de una forma relevante, estandarizada y sistemática». Las implacables fregonas. Una forma de examinar si un suelo laminado instalado es estanco o no es realizando la prueba de las fregonas. Este ensayo de laboratorio consiste en cubrir el suelo, una vez instalado, con fregonas mojadas y dejarlo así durante 14 horas. Según De Jaeger, «no utilizamos agua sola sino que le añadimos jabón; esto hace que la prueba sea más severa ya que el jabón reduce la tensión superficial del agua. A continuación, evaluamos el suelo y si se ha infiltrado agua por las juntas». El objetivo es averiguar si hay algún daño en la superficie o alguna hinchazón. Por ello en UNILIN inspeccionan, miden y así saben si el suelo ha superado o no la prueba. Una vez que el suelo ha estado expuesto al agua durante 24 horas, también realizan un ensayo con una silla con ruedas y vuelven a comprobar la estanqueidad. Que no se cuele nada. Un control igual de estricto, si no más, de la resistencia al agua de un suelo es la prueba con cilindros de agua. Consiste en colocar un cilindro en la T que forman las conexiones de las 42 - PAVIMENTOS

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