Este año 2014 los operadores esperan un crecimiento significativo de los suelos vinílicos en relación a 2013 porque resuelven muchos vacíos que otros tipos de suelos no pueden solucionar, como la resistencia a la humedad y al desgaste. Por eso se adaptan a las zonas más complicadas del hogar y proporcionan una solución inmediata al consumidor. Se insiste en que ofrecen grandes ventajas competitivas respecto al laminado tradicional en calidad, imagen y diseño, y en comportamiento a medio y largo plazo. Esto implica que el mercado de LVT seguirá ganando cuota a los laminados, y «se perfila como el futuro protagonista de los suelos sintéticos». Su principal freno es que requieren una inversión superior, en comparación con la instalación de pavimentos laminados. Un experto comenta que «el cambio» en el mercado de los suelos vinílicos estos últimos años estriba en el volumen del mercado de rehabilitación frente a la obra nueva. Desde 2008, las obras nuevas se han ralentizado, acabado o parado sin que se hayan generado nuevos proyectos. Por eso las obras de rehabilitación cobran más importancia. Ya no se habla de grandes proyectos de mucha superficie sino de proyectos de menor envergadura. Pero lo importante es que «este 2014 el sector se está reavivando más de lo que nos tenía acostumbrados». La prueba es que «parece que muchas obras paradas se empiezan a reactivar», y hay que confiar en que «este hecho, junto con la rehabilitación, empiecen a permitir un ligero crecimiento en el sector». El escenario actual y las previsiones a medio plazo son satisfactorias, pero los operadores son conscientes de los problemas de la situación general del mercado: poca obra tanto nueva como de rehabilitación, y riesgos financieros de las empresas constructoras y de los instaladores. A todo ello, un empresario suma las «bajadas temerarias de precios» y «la agresividad de muchas empresas que trabajan muchas veces a coste, lo que impide generar liquidez para hacer frente a nuevos proyectos». En cuanto al impacto de las importaciones extracomunitarias, un operador alerta del riesgo que para el futuro de este mercado representan «las importaciones extracomunitarias masivas e indiscriminadas de productos sin estándares ni controles de calidad suficientes, ni un servicio técnico pre y postventa». Cree que ponen en serio peligro «tanto los avances técnicos de los productos de más valor añadido como al propio producto en sí, ante un consumidor reacio de un país ceramista y maderero». Por su parte, un colega cree que ahora este tipo de importaciones no es tan importante porque «España no es un mercado atractivo para esas empresas extracomunitarias, ni para realizar operaciones puntuales donde colocar un volumen limitado ni como un mercado estratégico para desarrollar a medio plazo». Otros operadores ven otros riesgos, aunque sea a largo plazo. Uno de ellos comenta que «lo más grave es la denominación generalista que se le está dando al nombre LVT porque en absoluto todos los productos de similares características pueden llamarse así». Por ejemplo, la fabricación en rollo, y no en losetas, no cumple con las características del LVT y esto «lleva a una gran confusión entre el profesional y a poner en la misma cesta a productos totalmente diferentes». La fabricación con cilindros mediante losetas es totalmente diferente a la de rollos continuos.
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