INFRAESTRUCTURAS 45 “El riesgo 0 no existe” Durante el encuentro con la prensa, Luis Ortega, presidente de Arpho, reclamaba mayores inversiones para los trabajos de conservación de infraestructuras ya que, como aseguraba, “no es cierto que actualmente se esté invirtiendo más en manteni- miento que en obra nueva”. En España ya se están ejecutando planes de inspección en el patrimonio construido pero el problema está, según afirmaba, “en que estas inspecciones no se están realizando con el rigor que requieren estos trabajos ya que, al primar el factor precio, no son ejecutadas por personal técnico cualificado”. De hecho, recordaba que la gran mayoría de los derrumbes de edificios sufridos en España durante los últimos años han venido origi- nados por trabajos de rehabilitación y reforma en los que, por falta de cualificación profesional, se modificaron elementos estructurales importantes. Lo que también se quiso dejar claro desde Arpho es que las inspecciones minimizan las posibilidades de colapso de las estructuras pero no las anulan completamente. “El riesgo 0 no existe. No todos los problemas son detectables en una inspec- ción pero sí la mayor parte de ellos”, aseguran. La Asociación recomienda hacer un buen inventario de las infraestructuras y tras las inspecciones priorizar las intervenciones en aquellas en las que pueda existir un mayor riesgo, teniendo en cuenta además que un retraso en la conservación puede multiplicar exponencialmente los costes de esos trabajos. Por último, Luis Ortega señalaba que el caso del derrumbe del puente de Génova es muy difícil que ocurra en nuestro país. “En el puente de Génova se dieron circunstancias muy especia- les. Es un puente construido en los años 60 con una tipología estructural muy específica, que hace que si falla un elemento se pueda dar un fallo en cadena en el resto de la estructura. En España no existen puentes de estas características. Si un tirante se rompe, ese puente no se derrumbará”, aseguraba. Historia En muchos núcleos urbanos de la geografía española convi- ven edificaciones y estructuras de diversas épocas, desde los discretos castros celtas a los impresionantes palacios árabes, pasando por acueductos romanos, castillos medievales y multi- tud de construcciones de épocas y estilos muy diversos. En muchas de estas construcciones, destaca el uso de materia- les naturales (como la piedra y la madera), junto con algunos morteros y hormigones en masa. Los romanos fueron grandes expertos en el uso de hormigones, que todavía hoy perviven en estructuras por toda Europa. De hecho, el material más extendido hoy en día en todo el mundo para construcción es el hormigón, principalmente hormigón armado o pretensado (es decir, con un refuerzo en su interior, normalmente de acero, ya sea previamente tensionado o no). El hormigón como material para construcción tiene múltiples ventajas, como su versatilidad, su facilidad de uso y fabricación, y su adaptabilidad a cualquier tipo de edificación y estructura, lo que permite su utilización para fines muy diversos. Por ello, el uso del hormigón se ha extendido y está presente en todo lo que nos rodea: estructuras de ingeniería civil (puentes, túneles, presas, diques, ...), edificaciones (colegios, estadios, viviendas, centros comerciales, aeropuertos, ...), industrias y un largo etcétera.