46 RCDS Entrevista a Pilar de la Cruz Romero, presidenta de la Asociación Europea de Demolición (EDA) Entiendo que para el sector español de la demolición es importante que esta edición del Foro de Deconstrucción se haya celebrado en Madrid, ¿no es así? Sí, por supuesto. Desde la Asociación vamos seleccionando diferentes ciudades a nivel europeo y, en esta ocasión, al coin- cidir con mi presidencia, se eligió Madrid. Todas las ediciones que se han celebrado de este Foro han resultado interesantes pero en esta ocasión hemos querido distinguirnos atrayendo la presencia de todas las asociaciones que están alrededor de la demolición, como es el reciclaje, la descontaminación, el corte y perforación en hormigón... porque, al final, todos somos colaboradores y tenemos intereses comunes. Creo sinceramente que hemos configurado un programa atractivo, capaz de convocar a más de 200 profesionales. Hemos con- tado con ponentes de gran prestigio internacional, incluido un miembro de la Comisión Europea, al que hemos querido tras- ladar nuestra opinión sobre los principales asuntos que debería tratar la nueva normativa. A nivel general, ¿cómo definiría la situación del sector de la demolición en Europa? Nuestras principales necesidades proceden de la propia situa- ción que atraviesan las economías en Europa. Evidentemente la crisis ha supuesto una bajada de actividad de demolición, no sólo en España, sino también en otros países como Italia, Francia, Reino Unido, Dinamarca... Ante este bajón, al final hemos tenido que diversificar aún más nuestras actividades y si hay menos demolición, potenciar más nuestra presencia en otros trabajos, como por ejemplo, la descontaminación. Aun- que la situación sigue sin ser positiva, sí es cierto que parece que ya se empieza a mover algo. Actualmente la edificación nueva se mueve en mínimos y en lo que más se trabaja es en rehabilitación y reforma. ¿Puede beneficiar esta tendencia a la demolición? En este Foro se han mostrado varios casos de éxito de demo- lición de edificios e infraestructuras. De todas formas, la de- molición siempre ha tenido cabida en el mercado, incluso en los tiempos en los que se construía mucho, ya que al final todas las edificaciones tienen una vida útil limitada, llegando un momento en el que merece más la pena demolerlas que volver a remodelarlas. ¿En qué medida ha favorecido al sector la entrada en vigor del RD 105/2008? En favorecer las iniciativas de demolición selectiva con la inten- ción de poder separar convenientemente los diversos materia- les que se extraen de una obra y mejorar así los procedimientos de reciclaje. Es algo que ya se realizaba incluso antes de publi- carse la norma pero que se ha potenciado con este Real De- creto, buscando soluciones que sean económicamente viables. Cada vez se tiende más hacia la sostenibilidad. ¿Cómo ve el futuro del sector tanto en Europa como en España? A pesar de que la situación económica aún no ha evolucionado como desearíamos, es evidente que siempre habrá trabajos de demolición. Los años pasan para todos, incluso para las construcciones, por lo que siempre habrá algo que demoler. Además, las ciudades crecen y muchas fábricas o naves que- dan encerradas en ellas, por lo que al final es conveniente de- molerlas. Por tanto, seguiremos andando... aunque será difícil alcanzar el ritmo anterior a la crisis. Dentro de las diferentes fórmulas de demolición, ¿hay al- guna que presente mayor potencial de crecimiento? La verdad es que no. Cuando vas a tirar una edificación pue- des usar cualquiera de los métodos y al final empleas el más seguro y el más viable económicamente. Todas las fórmulas de demolición tienen su entorno, su edificación, su lugar ade- cuado... No hay ninguna que se imponga a las demás, aunque sí es cierto que en rehabilitación la preponderante es la demo- lición manual. ¿Y en voladuras? ¿Se ha avanzado mucho en materia de seguridad y de respeto medioambiental? Sí, sin duda. Mi empresa, por ejemplo, hace voladuras y esta opción, siempre que el entorno lo permita, me parece la más segura. Al explosivo no hay que tenerle miedo, hay que tener- le respeto. panorama