FACHADAS 60 los vidrios. En este sentido aseguró que hay cuatro factores de comportamiento: • Control por elasticidad. • Control por resonancias. • Control por masa. • Control por coincidencia. Según señaló, la normativa por la que se rigen es la ISO 12354- 3:2000, pero el problema es que “no explica el comportamiento del vidrio, sino que solo habla de magnitudes y por eso hoy voy a hablar de cuatro grandes bloques: vidrio monolítico (muy difícil de encon- trar en la actualidad) y vidrio laminado, Unidades de Vidrio Aislante (UVA), acristalamiento múltiple y efecto tercera hoja”, manifestó Díaz, incidiendo en la idea de que “muchas veces intentamos solucionar problemas de acústica con materiales que no llegan a esos niveles”. Mariana Pérez comenzó su intervención señalando que “un muro cortina requiere de un diseño especí co para garantizar un confort acústico satisfactorio” y que es el diseñador quien debe satisfacer los requisitos normativos y asegurar el confort acústico del usuario nal. En esta línea aseguró que el CTE plantea una metodología de diseño simpli cada y una opción general basada en la norma ISO 12354 y en la opción simpli cada “no se re ejan los muros cortina con lo que tendríamos que ir a la opción general”. Asimismo, Pérez hizo alusión durante su ponencia a las transmisiones acústicas de los muros cortina, las soluciones orientadas a reducir el ruido, al catálogo de elementos constructivos del CTE y al comportamiento acústico de los muros cortina. Resistencia al fuego En el bloque dedicado al fuego se contó con la ponencia de Jordi Bolea, de Tecnifuego, quien analizó los conceptos relativos a la resistencia al fuego en fachadas, la reacción al fuego de productos y propagación de incendios en fachadas, así como los elementos para reducir la propagación. Se analizó, además, la normativa de aplica- ción y los métodos de ensayos. Según explicó Bolea, “la resistencia al fuego de fachadas es el tiempo durante el cual un elemento constructivo realiza su función” mientras que la reacción al fuego “es la respuesta de un producto, “La iluminación e ciente para el usuario no se tiene en cuenta en los métodos que comercialmente se aplican y cuyo resultado son las certi caciones conocidas”, asegura Beatriz Arranz. contribuyendo con su propia descomposición, a un fuego al que está expuesto, bajo condiciones especí cas”. En esta línea a rmó que hay 40 clasi caciones para cada producto que se aplica a una fachada para evaluar el riesgo de que se propague un incendio. Para la evaluación del fuego hay que tener en cuenta la resistencia (elementos constructivos), la reacción (productos) y la propagación (elementos constructivos/fachadas), tal y como señaló Jordi Bolea, quien aludió a continuación, dentro del ámbito de la propagación de incendios en fachadas, a los métodos de ensayo, los condicionantes (cantidad de material combustible por m2, la densidad de ujo de calor, la inercia térmica, etc.), los elementos propagadores (toldos, cortinas, disolventes, persianas de plástico, antenas parabólicas, etc.) y los elementos para reducir la propagación (dimensionado de huecos, elementos que se opongan a la propagación vertical y la fachada ventilada). “En de nitiva, la propagación de un incendio, que no está reglamentada, depende de la calidad de los materiales y de los elementos que utilicemos”, sentenció el representante de Tecnifuego. Aprovechamiento de la luz natural En la parte relativa al aprovechamiento de la luz natural, la arqui- tecta del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción, Beatriz Arranz, analizó los efectos de una correcta iluminación y la relación entre iluminación y salud, las investigaciones realizadas