Sistemas metálicos Wicona en la fachada del hotel Olha Eixample Obra del arquitecto Daniel Isern, el nuevo hotel Olha Eixample se erige en pleno corazón del Eixample de Barcelona, en lo que antiguamente era un edificio de oficinas de los años 70. La reforma ha resultado ser un trabajo de máxima precisión y el resultado, espectacular. Uno de los principales problemas que se debían abordar era el del ruido. Con un subsuelo por donde circula el metro y el ferrocarril, se hacía necesario idear un sistema óptimo para garantizar el confort de los clientes del hotel. Para ello, el arquitecto Daniel Isern ha empleado una tecnología pionera en España que permite acabar con las vibraciones y los ruidos. La intervención ha consistido en diseccionar los pilares existentes, colocar muelles amortiguadores sísmicos y elevar el edificio con gatos hidráulicos de manera que el hotel queda suspendido, y donde las vibraciones no tienen cabida. Una fachada musical y muy afinada Para los huecos practicables se han empleado ventanas de hoja oculta la serie Wicline Evo 75 de Wicona, de forjado a forjado –unos 2,70 m de altura-, alargando así la verticali- 32 dad de la fachada. Las prestaciones de este sistema, gracias a su módulo de 75 mm, han permitido dotar del máximo confort, tanto térmico como acústico, a cada una de las 97 habitaciones. Además, la singularidad de la fachada del hotel radica en el uso de la robótica para su concepción. “Con la ayuda de Cerámica Cumella y el IAAC (Institute for Advanced Architecture of Catalonia), hemos inventado un algoritmo que, basado en el sonido, crea un patrón que un robot graba en la superficie de la cerámica mientras se extrude. Este proceso permite crear un número infinito de piezas, cada una única y diferente pero todas con el mismo trazo. Para esta pieza, se ha elegido la composición musical “Vivaldi Recomposed” de Max Richter, que al igual que nosotros, toma de base algo del pasado, en Detalle de la fachada del Hotel Olha Eixample.