Autonomías Consejo Insular de Ibiza y Formentera, en Ibiza. paso más allá, definiéndola como muy mala. Las empresas que consideran que su economía se encuentra en un buen nivel, por el contrario, no llegan al 10% –se quedan en un escaso 7%–. En las Islas Baleares, por el contrario, la tendencia intermedia evoluciona al revés, en sentido positivo: mientras un 70% de las empresas cree que su situación económica es normal (un porcentaje que, al igual que en la otra comunidad autónoma, predomina por encimo del resto), un 25% la considera buena, y tan sólo un 5% mala. Las encuestas realizadas muestran también, por otro lado, esta diferencia entre ambas regiones: respecto al número de uni- dades producidas, Cataluña afirma mayoritariamente haber reducido la cifra –un 40% de las empresas así lo dice– respecto al año anterior. No obstante, un 33% mantuvo el número de productos fabricados y un 27% lo aumentó. En la comunidad balear, en cambio, esta cifra fue superior en el 59% de los casos, igual en el 34%, e inferior en, únicamente, un 7% de las compañías preguntadas. De igual modo, los datos de empleo obtenidos van en esta misma línea, sobre todo en las islas, donde el aumento del nivel de producción va acompañado de un aumento, también, del número de trabajadores –en este caso en un 60% de las empresas–. Un 35% ha mantenido sus plantillas de trabajadores y sólo un 5% las ha reducido. Por otro lado, Cataluña las ha mantenido en la mayoría de los casos (67%). Sin embargo, y siguiendo los datos que la comunidad presenta respecto a datos de producción, un 20% de las compañías se ha visto obligado a 106 reducir su número de trabajadores. Mientras, un 13% ha podido mejorar sus datos de contratación. Y los datos referentes a las inversiones realizadas por cada empresa tampoco sorprenden. Mientras en la comunidad catalana el 80% afirma no haber realizado ninguna inversión en el último año –cifra que comporta, a su vez, que un 20% de las empresas sí hayan hecho alguna–, en Baleares el 65% sí destaca alguna inversión en su compañía, –frente al 35% que niega haberlo hecho–. Mínimo repunte en la demanda de grandes obras Los empresarios consultados en Cataluña afirman que, en su comunidad, la mayor demanda de obras proviene de obras de rehabilitación (un 75% así lo afirma). Las solicitudes para obras particulares ocupan el segundo puesto, con un 20%, y destaca también, en este sentido, un repunte –aunque mínimo– respecto a grandes obras, del 5%. Y los números en las islas son parecidos: un 80% de las compañías destacan que la mayoría de las obras que realizan provienen de trabajos de rehabilitación, mientras que en el 15% de los casos proceden de obras particulares. De igual modo, esta comunidad repite el mismo repunte –del 5%– respecto a obras promotoras.