MD50

OPINIÓN 28 Tres poderosos motivos para creer en la madera Salvador Ordóñez, fundador de World Wood Future CON NOSOTROS, DESDE SIEMPRE El primer motivo: la madera nos ha acompañado desde el inicio de nues- tra humanidad, en todos los ámbitos de nuestras vidas, en casi todas las circunstancias o retos que hemos tenido que afrontar. Desde el fuego, las armas (por desgracia), la música (venturosamente), el cobijo, la cocina, la agricultura, las máquinas, la nave- gación, la ingeniería, la movilidad… hasta llegar a nuestros días conser- vando unas cualidades excepcionales y su potencialidad extraordinaria, que hoy redescubrimos con admiración y cierta sorpresa. Tal vez sea ese acompañamiento, aparentemente discreto pero fun- damental para nuestra evolución, el motivo que provoque esa atracción y bienestar que la madera despierta en nosotros en cuanto nos hallamos junto a ella, ya sea ante un árbol en pie o ante una pieza cortada hábilmente. Tal vez deberíamos empezar a hablar de maderas; hay más de 22.000 tipos de maderas diferentes en nuestro pla- neta, cada una proveniente de un tipo de árbol perfectamente adaptado a su entorno específico, pero todos con una fisiología tan eficiente que llevan funcionando casi igual desde hace unos 370 millones de años. Son un invento genial de la vida, y por eso la naturaleza los mantiene vivos aún. Y por eso yo creo en ellos: por ser orga- nismos super eficientes, que forman un sistema casi perfecto que sigue a nuestro lado dándonos todo lo que tiene de bueno. NUESTRA VIDA DEPENDE, EN BUENA MEDIDA, DE ELLA El segundo motivo: que nuestra per- vivencia en esta Tierra depende, en buena medida, de la madera. De hecho, los bosques contribuyeron a crear las condiciones idóneas para que muchos seres, entre ellos los humanos, aparecieran en la historia evolutiva de la vida en este planeta. Y las siguen creando. De entre todos sus procesos fisicoquímicos, la fotosíntesis de todas las plantas verdes (y los árboles lo son destacadamente), las algas y ciertas bacterias, nos facilita casi el 50% del oxígeno que necesitamos para respi- rar, además de fabricar la energía, en forma de azúcares, de la que se sus- tenta toda la cadena trófica, de la cual también formamos parte nosotros. Todo ello absorbiendo CO2, captando energía solar y agua del suelo: una fábrica perfecta de producción con- tinua. En honor a la realidad, hay que recordar que el otro 50% del oxígeno proviene de los océanos, generado por plantas microscópicas conocidas como fitoplancton. Y por eso yo creo en los árboles: por saberme parte de todos esos sistemas. Eso me anima a cuidar de su equilibrio como de mi vida. De hecho, nuestras vidas depen- den de esos sistemas. NOAH, KAI, INDIANA El tercer motivo lo podéis ver en la imagen: con sus breves años de vida, mis nietos están estimulándome a trabajar intensamente por un mundo mejor, donde los materiales sean renovables, donde la capacitación profesional se combine con la coo-

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx