TORNEADO 84 Otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de obtener y modificar estos límites a partir de los cuales la viruta se rompe es el material de la herra- mienta. Hasta la fecha, únicamente las herramientas de torneado de metal duro se comercializan con rompevirutas y, por lo tanto, las únicas a las que se les puede modificar geométricamente de cara a obte- ner distintos valores para la profundidad de corte y el avance críticos. De esta forma, son estas herramientas las que pueden abarcar una mayor cuota de mercado al ofrecer una mayor versatilidad de productos de cara a mecanizar distintos materiales con distintas operaciones. Como alternativa a las herramientas de metal duro, se hayan tres grandes grupos de materiales: las cerá- micas técnicas, las herramientas de PCD (del inglés, PolyCristaline Diamond) y las herramientas de PCBN (del inglés, Polycristaline Cubic Boron Nitride). Las herramientas de PCD poseen un grado de dureza superior a las de metal duro, las de PCBN y las cerá- micas, sin embargo, la resistencia térmica de las herramientas cerámicas es muy superior al de los otros tres grupos previamente mencionados. Es por ello, que en los procesos en los que las temperatu- ras alcancen un valor elevado, la primera elección debería ser las herramientas cerámicas. Además, las herramientas de PCD no se pueden usar en el meca- nizado de aleaciones de hierro debido a la afinidad química entre el carbono y el hierro. No obstante, el gran hándicap que poseen estas herramientas en comparación con el metal duro reside en su fragili- dad. Hoy en día existen herramientas cerámicas con un buen nivel de tenacidad, aunque por debajo del que presentan las herramientas de metal duro, lo cual relega a las cerámicas a procesos de mecanizado con- tinuos como el torneado. A su vez, otro de los mayores inconvenientes de las herramientas cerámicas reside en la incapacidad de fabricar rompevirutas en ellas. Esto es debido a que en el proceso de fabricación las altas presiones y temperaturas requeridas impiden la generación de geometrías complejas y por ello, únicamente se pueden fabricar geometrías simples en las que su fragilidad no desencadene en la rotura de las mismas durante el proceso de corte. La carencia de rompe- virutas genera incertidumbres alrededor de varios factores como son la seguridad humana y la calidad superficial de la pieza que se está trabajando. Al no existir un medio de generación y evacuación de la viruta, combinado con un mecanismo de rotura de esta y añadiéndole las altas temperaturas que se generan durante el corte, no se puede garantizar un acabado de calidad en la pieza. Influencia de los rompevirutas en el torneado Investigadores de todo el mundo trabajan para poder implementar rompevirutas eficaces, tanto en forma de ranura como en forma de texturizados en la propia herramienta. Xing et al. [5] presenta soluciones en las que la temperatura durante el corte se redujo a través de una menor superficie de contacto entre el material y la herramienta. Otros investigadores, como Cui et al. [6], demuestran que el uso de diferentes tipos de texturas podría mejo- rar la vida útil de las herramientas cerámicas. De esta manera, Rajbongshi et al. [7] y Sharma et al. [8], no solo aumentaron la vida útil de la herramienta, sino que tam- bién redujeron la temperatura de corte y las fuerzas. Wu et al [9] diseñaron un rompevirutas ajustable para la herramienta de torneado. El sistema consiste en una estructura sujeta a la cara de desprendimiento de la herramienta que crea un ángulo entre esta cara y la cara activa del rompevirutas. Además, desarro- llaron un modelo numérico basado en el método de elementos finitos para determinar la posición óptima del rompevirutas y el ángulo formado entre la cara de ataque y la cara activa del rompevirutas. Otros autores utilizaron la tecnología láser para crear las texturas mencionadas para mejorar las propieda- des y la vida útil de las herramientas. Everson et al. [10] estudió el efecto sobre la microestructura de una herramienta PCD procesada por láser obteniendo una herramienta satisfactoria, aunque se abordaron Figura 1. Tipos de viruta según la norma ISO3685: 1993 [3].