herramienta y hacerlo de la forma más rápida posible. Por consiguiente, romper la viruta en las operaciones de torneado es fundamental y, de hecho, para garan- tizar condiciones de proceso óptimas, la morfología de la viruta es una variable crítica [2]. Por ello, la norma ISO 3685:1993 clasifica las formas de las virutas resultantes del proceso de torneado en 18 grandes grupos. Además, establece cuales de ellas son buenas y cuales son malas teniendo en cuenta el posible daño que pueden hacer tanto a las piezas finales como a la propia herramienta. En la figura 1 se muestra esta clasificación de la norma ISO 3685: 1993. Algo clave en la forma final de la viruta generada en el proceso de torneado es cómo se empieza a formar la misma. Saber cómo se genera las primeras virutas y sus curvaturas es algo fundamental para poder con- trolarlas. Estudios indican que esta curvatura se ve afectada por parámetros como la velocidad de corte, el ángulo de inclinación de la herramienta, la profun- didad de corte o la geometría de la herramienta [4]. Sin embargo, para que el proceso de rotura de la viruta pueda llevarse a cabo existen dos formas dis- tintas de hacerlo: mediante ayuda externa al conjunto herramienta-pieza, como, por ejemplo, incluyendo un rompevirutas motorizado ajeno a la herramienta, o mediante el contacto entre la herramienta y la pieza ayudado por el propio proceso de corte. En este segundo caso se encuentran tres mecanismos dife- rentes para romper la viruta: que la viruta contacte con la pieza y después rompa; que contacte con la herramienta y rompa; y que rompa ella sola por el propio proceso de corte [3]. El mejor de los tres mecanismos, de cara a no disminuir la vida útil de la herramienta ni a dañar la superficie del componente final, es la rotura de la viruta por el propio proceso de corte. Por ello, cada combinación de herramienta y material a cortar tiene unos límites tanto de profundidad de corte como de avance por revolución a partir de los cuales la viruta se rompe debido al rizo que se genera. Es más, se puede decir que la viruta se rompe siempre que la profundidad de corte sea superior a la profundidad de corte crítica y el avance sea superior al avance crítico. En caso con- trario la viruta no se romperá. Estos límites en la profundidad de corte y en el avance por revolución pueden ser modificados de una herramienta a otra gracias a la geometría de los rom- pevirutas de las herramientas. De esta forma, existen herramientas de corte de torneado para operacio- nes de acabado en las que la profundidad de corte y el avance es bajo y la viruta se rompe sin problema alguno. Claro es que el poder romper la viruta o no depende a su vez del material a mecanizar, siendo distintos los rompevirutas para el mecanizado de alea- ciones de aluminio a los del acero o las fundiciones. DISEÑO Y FABRICACIÓN DE SOLUCIONES TÉCNICAS PARA LA INDUSTRIA METÁLICA TORNEADO 83 • Historial tecnológico • Innovacióncombinada con décadas de experiencia • Reddedistribuciónmundial • Completa disponibilidad de stock • Soluciones personalizadas • Servicio perfecto, incluida asistencia técnica