¿Cómo repercute la creciente automatización de los procesos, en especial con robots, en el diseño de una máquina-herramienta? Ya existen células de fabricación automatizadas, como demues- tra el ejemplo de la construcción de herramientas y moldes. Sin embargo, hemos identificado grandes desafíos en lo que se refiere al empleo económico de dichas células (robots, máquinas-herramienta, cojinetes) en series cortas con muchas variantes, esto es, en la gama de productos habitual de las pequeñas y medianas empresas (pyme). En muchos casos, los procesos no pueden ponerse en marcha paralelamente, o bien no existe la experiencia necesaria para ello. Además, hasta el momento han existido pocos planteamientos para definir una interfaz suficientemente funcional entre la máquina-herramienta y los robots, que pueda integrarse en la CAD/CAM-NC o cadena RC. Esto resulta particularmente interesante si reflexionamos sobre la automatización flexible, por ejemplo, mediante robótica de colaboración. Aquí surge un enorme potencial para las pyme y las series cortas. Acabamos de crear un grupo de trabajo que pretende arrojar algo de luz sobre estas cuestiones tanto desde el punto de vista de la investigación como de la cooperación industrial directa. ¿Qué ha sido entonces del concepto de hexápodo, de esa forma de construcción de máquinas-herramienta totalmente nueva que se predijo que tendría un gran futuro? Por diferentes razones, el concepto de cinemática paralela o soluciones híbridas solo pudo implementarse con éxito en algunos ámbitos. Además del ámbito de manejo y montaje, también hay máquinas-herramienta en las que se aprovechan con éxito ventajas como, por ejemplo, la dinámica altamente implementable de conceptos especiales. Un ejemplo de ello es la máquina Ecospeed, muy dinámica, de la empresa Dörries Scharmann, para el mecanizado de aluminio de alto rendimiento en el sector de la aviación. Seguramente en el futuro también habrá conceptos especiales para aplicaciones concretas en el ámbito de las máquinas-herramienta. Las máquinas son cada vez más complejas. Las nuevas generaciones piensan con aplicaciones. ¿Cómo se usarán en el futuro? El desarrollo de conceptos persona-máquina más nuevos e innovadores cuenta con una larga historia en WZL. Así, se ha aprobado satisfactoriamente el planteamiento de un concepto de manejo orientado al uso —motivado por los smartphones actuales— con interfaces multimodales y, de este modo, se ha disminuido considerablemente la complejidad de las actuales interfaces persona-máquina. Celos de DMG Mori plantea un enfoque muy similar al respecto. Actualmente, en el proyecto MaxiMMI, en el que participan fabricantes y proveedores líde- res de máquinas-herramienta, estamos considerando integrar modernos dispositivos, como relojes inteligentes, tabletas o gafas multimedia, al ámbito de WZM. El potencial varía, pero estos planteamientos no deben perseguirse únicamente por el mero hecho de hacerlo sino que deben constituir siempre una referencia de aplicación realista.