91 TRATAMIENTOS SUPERFICIALES rativamente suave de cinc que permanece tras la opera- ción de giro. Esta estructura es única y es lo que le da al recubrimiento galvanizado su óptima resistencia: los gol- pes directos son amortiguados por la capa exterior de cinc, mientras que las capas de aleación dura son las res- ponsables de soportar la abrasión. La norma UNE EN ISO 1461 contempla recubrimientos galvanizados que se obtienen sobre estas piezas peque- ñas, con o sin partes roscadas, especificando valores mí- nimos para su espesor medio que están comprendidos entre 25 y 55 micrómetros (μm) según sea el espesor del material base. Las piezas de este tipo deben fabricarse con acero adecuado para galvanización y su forma debe ser también apropiada para las características del proce- so. Así, por ejemplo, no son adecuadas para este proce- dimiento las piezas en forma de cápsulas o codos tubulares y, en general, todas aquellas que tengan orifi- cios ciegos o zonas cóncavas en las que pueda quedar retenido el cinc. La norma UNE-EN ISO 10684 especifica con mayor de- talle las características de los recubrimientos galvaniza- dos sobre los elementos de fijación y establece reglas para la galvanización y el mecanizado a sobremedida de las partes roscadas. La práctica más corriente es galvani- zar los tornillos con sus roscas ya mecanizadas a sus di- mensiones y tolerancias normales. Las roscas de las tuercas, sin embargo, se suelen mecanizar una vez gal- vanizadas las tuercas, con una sobremedida suficiente para compensar el aumento del diámetro de la rosca del tornillo debido al recubrimiento galvanizado. Las roscas de las tuer- cas se cubren con grasa o aceite neutros como pro- tección temporal hasta su acoplamiento. Una vez montadas en sus correspondientes tornillos, las roscas de las tuercas quedan protegidas por contacto con el recubrimiento de los torni- llos. Una prueba de esta protección es que las uniones con tornillos y tuercas galvanizados en caliente pueden aflo- jarse fácilmente después de muchos años de acoplamiento. Revestimiento metálico con polvo de cinc (Sherardización) Con este procedimiento se obtienen depósitos de cinc sobre pequeñas piezas mediante tratamiento de las mismas con polvo de cinc en tambores giratorios, a temperaturas in- feriores a la de fusión del cinc. Los artículos han de estar químicamente limpios y secos. Cualquier agua restante puede causar problemas cuando se mezcla con polvo de cinc. Las piezas con la superficie limpia de óxidos e im- purezas, junto con un 90% de polvo de cinc y 10% de polvo de óxido de cinc (para evitar la sinterización) se car- gan en un tambor que se calienta a 440 °C. En algunos casos se añade arena fina para ayudar a obtener una dis- tribución uniforme. El polvo debe ser muy fino. Polvos más gruesos requieren más tiempo para formar el reves- timiento deseado. La necesidad de asegurar una tempe- ratura uniforme dentro de los barriles impone una limitación de tamaño en el proceso, que se utiliza gene- ralmente para piezas pequeñas y bastante complejas. Cincado electrolítico Es un proceso de deposición electrolítica en baños (UNE EN ISO 2081 ó 10152), similar al cromado o cobreado. La capa de cinc es mucho más fina (5-20 micras), por lo que se suele realizar posteriormente un proceso de pasivado (tratamiento que incrementa la protección). Aun así, la du- ración es mucho menor y en principio salvo que se recu- rra a pasivados caros, solo es adecuado para interiores. Como ventajas, las piezas son más suaves y uniformes aumentando su valor estético, y se pueden pasivar, lacar o pintar. I Existe una amplia variedad de revestimientos metálicos para proteger los componentes de acero. tecnología