59 EMPRESAS Raúl González, director técnico-comercial de MPE, tiene claro que hoy el cliente necesita un proveedor global que le atienda y le entienda. Martí al frente de su filial en Francia (Trevisan France). Los centros de mecanizados Trevisan tiene la particulari- dad que permite realizar, en una pieza estática las opera- ciones de fresado, taladrado, roscado..., así como el torneado. El hecho de realizar todas estas operaciones es importante en una piza pequeña pero lo es mucho más en una de grandes dimensiones. “Evitar mover la pieza dentro de un torno vertical, reduciendo el coste unitario por pieza. Por ello los grandes fabricantes de válvulas in- ternacionales apuestan por Trevisan”, explica el director técnico. Iniciada como una empresa familiar y de ámbito local, actualmente Trevisán tiene planta de montaje en China, Rusia y EE UU, además de delegaciones por todo el mundo. Sauter y Trevisan siguen siendo, hoy, los pilares de MPE sin olvidar las otras marcas que integran el catálogo de productos de la empresa, con los cuales se ha ampliado la oferta inicial, “buscando satisfacer lo que nos pedían los clientes”. MPE hoy da servicio a la industria en general y al sector de la valvulería con las siguientes marcas: Junto a Trevisan, especialista en mecanizado para valvulería se encuentra PC Progetti —especialista en bancos de prue- bas para válvulas, para tubos y unidades de presuración, Spada —fabricante italiano de centros de mecanizado mul- tipuesto y máquinas transfer— o Plantool —fabricante fin- landés de rectificadoras de esperas, de anillos y sierras de alta producción para tubos y barras—. Para la industria en general, además de Sauter, el catálogo de MPE incluye los productos de Techmill —fabricante de centros de me- canizados horizontales y verticales, fresadoras de pórtico móvil/mesa móvil y mandrinadoras con mesa basculante, para sectores como el molde y la aeronáutica—, Imsa — máquinas de taladrado profundo, aplicable a varios secto- res industriales— y Commersald Impianti — empresa muy multisectorial, especialista en sistemas de aportación de material por soldadura. “Intentamos buscar representadas que tengan una am- plia gama de aplicaciones con las que poder dar respues- ta a las necesidades de nuestros clientes”, apunta Raúl González. “Los clientes tienen necesidades diferentes y el mercado es muy global, con lo que no podemos ceñir- nos a un horario y calendario estricto sino que nos adap- tamos a ellos. Al final, no tenemos clientes, tenemos amigos”, asegura. El servicio técnico como garantía de calidad Para MPE, la cobertura técnica de sus clientes es funda- mental para dar el mejor servicio y así se lo transmiten sus representadas, que apuestan por la empresa como servicio técnico oficial de sus máquinas. Una muestra más de la confianza que con los años MPE se ha ido la- brando con sus proveedores, “que al final terminan sien- do también amigos” — afirma Martí— como los clientes”. Esta relación con los fabricantes como Sauter o Trevisan les permite tratar directamente con el cliente a modo de delegación, con las ventajas que ello supone. “MPE está cerca del cliente, tanto final como integrador” Actualmente, el cliente principal de MPE es...cualquiera. Pese a que hay sectores que hoy en día más activos que otros, Martí firma que “cualquier empresa que tenga un torno puede ser cliente nuestro. Esto hace que nuestros técnicos estén en continua formación y evolución respec- to a las nuevas tecnologías”. Una empresa hecha a sí misma MPE nació en 1994 fruto de la mano de Alfred Martí tras dejar “una cómoda posición en otra empresa” y desde entonces, ha vivido infinidad de situaciones, difíciles, fá- ciles e incómodas. MPE empezó su andadura en un mo- mento no especialmente fácil pero supo encontrar la financiación y el apoyo de fabricantes internacionales que vieron en el mercado español, de entonces, una oportu- nidad. Una situación que, actualmente, tal como admite Alfred Martí, no sería equiparable: “hoy no creo que en- contráramos la financiación económica necesaria, y el mercado está mucho más globalizado. En aquél entonces había una oportunidad, todavía, y la barrera idiomática fre- naba muchas iniciativas”. “Hoy no es factible montar una panorama