48 ARRANQUE Para el consumidor occidental, ‘Made in Taiwan’ fue una vez sinónimo de falsa calidad, a pesar de que el tigre asiático creó una nueva economía basada por completo en la fabricación. Actualmente, en las estrechas calles de Taipéi, la capital del país, es donde se puede encontrar la nueva genera- ción de fabricantes. Así, por ejemplo, los amigos Maru Shen y Jeffrey Chen habían perdido el contacto cuando descubrieron más tarde que ambos se ganaban la vida con las máquinas herramienta CNC de Haas. En Taipéi están locos por las motocicletas. Según las ci- fras más recientes de que se dispone (2010), había 13,4 millones de motocicletas matriculadas en la ciudad y sus alrededores, lo que supone la mayor densidad de moto- cicletas per capita del mundo. Esta adicción a las dos rue- das tiene varios motivos. En primer lugar, las estrechas calles de la ciudad están abarrotadas de coches, el apar- camiento gratuito para las motocicletas y los elevados precios de la gasolina alimentan la preferencia de los ciu- dadanos por las motos. Marus Performance, con sede en el distrito SanChong de Tai- péi, un área importante para empresas de producción sub- contratada, era originalmente el típico taller de motocicletas en el que se reparaban, mantenían y vendían scooters. “Me interesan las motocicletas desde que estaba en el instituto, y llevo años realizando modificaciones a mis propias motos”, afirma Shen. “Por supuesto, cuando creas una pieza para tu moto, quieres que sea especial, que se diferencie de todas las piezas fabricadas en masa que existen”. Shen pronto descubrió que no era el único apasionado de las piezas personalizadas para motocicleta. Sin casi darse cuenta, Marus Performance estaba diversifi- cando su actividad hacia un área que le proporcionaría a él, y a su mujer Gomi Ho, una raison d'etre y una buena vida. “En poco tiempo teníamos una larga lista de piezas dise- ñadas a medida que requerían mecanizado. Al principio subcontratábamos el trabajo, pero requería mucho tiem- po y esfuerzo. Más tarde nos dimos cuenta de que po- dríamos crear las piezas nosotros mismos y hacerlo mejor, así que empezamos a hablar con empresas que vendiesen máquinas herramienta CNC”. Maru Shen en su empresa Marus Performance, con sede en el distrito SanChong de Taipéi. Aunque Shen afirma que lo primero que le atrajo de la Haas Super Mini Mill fue el precio, también deja claro lo relativamente sencillo que era usarla para alguien sin ex- periencia, un factor de peso teniendo en cuenta que se disponía a dar sus primeros pasos en el mundo del me- canizado CNC. “Cuando decidí comprar una máquina Haas, encontré mu- chos enlaces en internet publicados por otros usuarios de Haas, que mostraban a los usuarios cómo utilizar las má- quinas”, comenta Shen. “Vimos los tutoriales y descubri- mos que no era tan complicado como imaginábamos”. Desde la instalación de la Haas Super Mini Mill, las ventas anuales de Marus Performance han aumentado hasta la impresionante cifra de 1,5 millones de nuevos dólares tai- waneses (unos 50.000 USD). Artitek CNC “Maru Shen y yo tenemos una historia muy interesante, porque inicialmente éramos vendedor y cliente”, cuenta panorama