94 • Empezamos por la misión de la calidad cuyo desarro- llo es un elemento crucial, pues proporciona dirección a la organización e indicadores a todos los implicados de lo que es importante para la organización. El infor- me de la misión debe ser por escrito, corto, claro y conciso. Tiene el rol estratégico de guiar a la organi- zación a través del uso de la política de calidad. Se convierte así en el punto de partida del proceso de planificación de la calidad. • En segundo lugar situaríamos establecer una política de calidad. La política de calidad da directrices de qué debe hacerse, frente a cómo debe hacerse. Opera ge- néricamente y se aplica a todo tipo de esquemas de trabajo y a toda la organización industrial. La política de calidad, para una mayor efectividad, deberá ser analizada tanto por agentes internos como externos, por lo que la organización tiene la obligación de com- prometerse con las políticas. • El tercer paso lo constituye el generar los objetivos estratégicos de calidad. Para que el objetivo sea útil se tiene que poder determinar, que sea operativo, que se pueda medir y ser concreto. Podemos considerar varios métodos que dependen de circunstancias ope- rativas, como son datos de actuaciones pasadas, el entorno externo, que podemos asimilar como el clien- te, la fijación de estándares, o basarnos en los com- petidores. Los objetivos también podrán salir de la aplicación de técnicas de control de la calidad, inclui- das en los propios procesos de calidad de las compa- ñías. Cualquiera que sea la fuente y el alcance de estos objetivos deben ser comunicados y aceptados por el personal. Por ello deberían tener la capacidad de conocer a priori cuales van a ser estos objetivos y poder influir en su elaboración. A su vez, deben valo- rar también la mejora continua como elemento fun- damental a todos los niveles. logística aplicada