ELECTROEROSIÓN Mario Minichetti, director general de la delegación que Ona Electroerosión posee en Italia, explica que “respecto a hace veinte años los conceptos y las filosofías en el campo de la erosión, sobre todo por penetración, han cambiado completamente: en el pasado las máquinas tra- bajaban, sobre todo, en operaciones de desbaste con electrodos de dimensiones medias-grandes, el control de la descarga era limitado y, por lo tanto, la eficiencia y el resultado se confiaban a la competencia del operador. Este proceso duró hasta el final de los años noventa, des- pués, la entrada autoritaria en el mercado de la fresadora de alta velocidad causó una ralentización en el desarrollo de nuevas soluciones ya que no se tenía una percepción clara de si la tecnología de alta velocidad reemplazaría completamente la actividad de erosión en los talleres. Sin embargo, con el tiempo se notó que la alta velocidad tiene límites en su aplicación así como costes de gestión especialmente altos y, por lo tanto, la electroerosión, im- pulsada por importantes desarrollos, ha vuelto a cobrar importancia. Las innovaciones han transformado comple- tamente esta tecnología, aumentando notablemente las prestaciones de las instalaciones: en primer lugar nuevos generadores capaces de mejorar el control del proceso automáticamente y, sobre todo, con electrodos de grafi- to, garantizando el resultado final sin la vigilancia de ope- radores expertos en EDM. Otro aspecto importante son las numerosas tablas tecnológicas presentes en el control numérico, una auténtica ayuda para el usuario”. Gracias al nuevo modelo ONA TX10 se ha eliminado la necesidad del pulido Ilma Plastica es una pionera en el campo de la electroe- rosión, utilizando esta tecnología desde hace más de cin- cuenta años. Caraffini afirma que “a principio de los años setenta teníamos la necesidad de una máquina de gran- des dimensiones para la electroerosión, para cargar los moldes y matrices destinados al sector del automóvil. La- mentablemente, en el mercado no había instalaciones con la dimensión adecuada y, por lo tanto, decidimos fa- bricar una internamente, modificando una fresadora-per- foradora Hermann Kolb: sustituimos el cabezal de taladrado por un cabezal de electroerosión marca AEG y equipamos la máquina con un tanque de trabajo con di- mensiones 3.000 x 1.500 milímetros”. Entretanto, las exigencias de Ilma Plastica aumentaban continuamente. “En aquellos años pasé un periodo en nuestro taller en los Estados Unidos y vi un modelo de