50 MECANIZADO posible de cuantificar. Todo lo que puedo decir es que nos ha ayudado mucho a aumentar nuestra reputación entre los distribuidores y los clientes, es decir, los músicos”. Esa reputación se incrementó a medida que la música clá- sica se popularizaba en todo el mundo. “Cuando los mú- sicos que tocaban nuestros instrumentos comenzaron a salir al extranjero, de hecho se convirtieron en nuestros representantes. Entonces otros músicos se interesaron por nuestros oboes y quisieron conocer a mi padre. Por desgracia, él solo hablaba francés, así que no fue fácil. Cuando yo entré en la empresa en 1977, empecé a viajar y a estrechar las relaciones con los clientes. Ahora expor- tamos el 70% de los instrumentos a músicos de todo el mundo”. Un servicio personal es muy importante para consolidar las relaciones. “Cada oboe es diferente, así que intenta- mos dar el oboe adecuado a cada cliente. Los profesio- nales siempre quieren probar varios instrumentos, mientras que los profesores y los estudiantes no son tan exigentes. A veces tenemos oboes que no se venden du- rante un mes o dos, pero siempre llega algún estudiante que dice: ‘¡este es mi oboe!’.” Rigoutat dedica su vida a la fabricación de instrumentos musicales tan elaborados que rozan lo celestial. La receta continua en su familia: tiempo para mimar la madera y el metal, y corazón: La marca Rigoutat es famosa por sus 'oboe de amor', apreciados por profesores, alumnos y músicos profesionales de todo el mundo En francés, oboe es 'hautbois': 'haut' puede traducirse como alto, elevado o incluso algo más poético como ce- lestial; mientras que 'bois' se refiere a la madera de los instrumentos de viento. Aparte del oboe estándar y del corno inglés, la empresa también fabrica el oboe de amor, considerado el miembro alto de la familia. Músicos profesionales se en- cargan de probar uno a uno la calidad del sonido de los 'oboe Rigoutat'. No es difícil encontrar en internet reseñas entusiastas sobre los oboes Rigoutat a cargo de distribuidores y mú- sicos de ambos lados del Atlántico. Eso augura un buen futuro para la empresa. A medida que la clientela aumen- ta, también lo hacen los clientes que repiten pedidos. A diferencia de otros instrumentos –como el violín, por ejemplo–, los oboes no duran muchos años porque el hecho de soplar por ellos crea una resonancia muy fuerte que a la larga deteriora el sonido. Los músicos profesio- nales suelen necesitar uno nuevo al cabo de seis u ocho años. La mayor preocupación de Philippe es que no hay sufi- cientes jóvenes que estudien oboe, lo que afectará al ne- gocio y a la profesión a largo plazo. “Los músicos dicen que el oboe es uno de los instrumentos más difíciles de tocar porque hay que aprender a controlar la boca, los dedos y la lengüeta. Por eso, muchos jóvenes prefieren aprender instrumentos más fáciles como el piano, la gui- tarra, la flauta o el clarinete”. Aun así, también hay oportunidades en mercados relati- vamente nuevos. “Japón tiene mucho potencial para nos- otros, lo cual es una buena noticia. Aunque preferimos tratar directamente con los músicos en los estudios de París que tenemos, hay muy buenos agentes y tiendas que venden nuestros instrumentos en otros países. Y, por supuesto, todavía hay muchos músicos famosos que eli- gen los 'oboes Rigoutat' y están encantados de apoyar nuestros productos”. “La diversificación no entra dentro de nuestros planes”, concluye Philippe, “porque hay empresas consolidadas que ya fabrican otros instrumentos y nadie piensa que se- amos capaces de hacerlos mejor: no hay un mercado nuevo ahí fuera esperando a Rigoutat. Nuestro negocio no consiste tanto en crecer, sino en saber gestionar lo que tenemos: los conocimientos y la reputación. Segui- remos buscando maneras de ser más eficientes, por lo que es posible que usemos más máquinas Haas. Sea como sea, siempre nos esforzaremos en fabricar los me- jores instrumentos”. El tipo de instrumentos que puede animar a estudiantes de todas las edades a no dejar nunca de buscar ese hueso musical que puede que ten- gan o no, como nos ocurre a algunos. I panorama