logístico de materiales (la cadena de suminis- tro). Aplicar antiguas soluciones a problemas nuevos no conlleva solución alguna. Una formación anticuada en su discurso aburre al personal, que requiere una formación con “tell-story” amena e interactiva. El accidente laboral en logística tiene, bajo este punto de vista, un carácter pandémico y viral allí donde almacenes, carretillas, muelles de carga, espacios reducidos compartidos, estanterías, cargas y un largo etcétera, comparten el espacio y el tiempo con los Operadores de Carretillas y los Agentes Logísticos de Almacén. El virus del Ébola, o más concretamente el contagio con este virus, y el accidente laboral comparten, salvando todas las distancias y con mucho respeto a nuestra historia más reciente, aspectos comunes como son su origen incierto, su desarrollo en circunstan- cias que le son propicias, cierto grado de desconocimiento y, en gran medida también, cierto “laissez faire, laissez passer” de los responsables de evitarlos. En estas circuns- tancias, ambos cogen fuerza y se permiten herir y matar. El Ébola no distingue a nadie, y lo único que puede detenerlo es la extinción del foco, la vacunación, la higiene, y los fármacos preceptivos bajo control de personal sanitario especializado. Lo mismo ocurre con el accidente laboral, donde solo la formación inicial y continua del personal involucrado, la erradicación de prácticas funestas y el compromiso con la Seguridad y la Prevención de toda la plantilla, desde el Operador Logístico montado sobre su Carreti- lla al máximo responsable de la empresa, son condiciones sine qua non. Es preciso recordar que “lo que no se puede medir no se puede mejorar”, que en su sentido lato requiere revisar cualquier punto donde pueda afianzarse la causa de accidente. Es necesaria una visión integradora y atención a los equipos A modo de inciso, nótese que en el caso de la accidentabilidad con carretillas todo el personal a pie que se halla de forma constante o temporal en el mismo entorno también debe ser formado para eliminar, o en cualquier caso minimizar, el riesgo de accidente. A diferencia del Ébola, que de forma más o menos eficiente se trata de aislar confinando su amenaza, los operado- res de carretillas disponen de un amplio espacio de trabajo con intromisión aleatoria de personal de su empresa y/o externo, durante la jornada. Se estima que un 20% de los accidentes relacionados con carretillas elevadoras tienen lugar por aplastamiento, impacto, atropello y caída de la carga transportada por la carretilla sobre personal a pie. En el flujo logístico de materiales y Servicios, es imprescindible aplicar una visión integradora en cada centro y en cada empresa. Podemos aplicar aquí la expresión bien conocida y aceptada de “que no hay enfermedades, lo que hay son enfermos”. Nuestro deber es diagnosticar y tratar de forma específica los síntomas y la enferme- dad, minimizando los daños y evitando que se extienda el contagio. Los profesionales que actúan en las actividades logísticas utilizando equipos de trabajo merecen nuestra atención, mucha más que la que les prestamos en la actuali- dad. Estas personas no solo colaboran a que la cadena de suministro aguante las oscilaciones de la tensión en el flujo de trabajo, y sea eficiente, si no que de su trabajo nacen implicaciones profundas, personales, frente a tareas que no les van a perdonar un error, que no les van a dar una “segunda primera oportunidad”. Las cifras 79 manutencion & almacenaje 509 CARRETILLAS ELEVADORAS (III) SEGURIDAD Y FORMACIÓN Informe