De cualquier modo es importante gestionar bien el almacén Tanto si se trata de un almacén manual como automático, es fundamental disponer de un sistema de gestión de almacenes (SGA/WMS) apropiado, con todas las funcionalidades, validaciones y certificaciones habituales. Este SGA permite realizar un seguimiento de todas las mercancías y documentarlas a lo largo de toda la cadena de suministro. Es un factor importante a fin de garantizar una alta calidad del producto, particularmente en el sector farmacéutico o alimentario. Un SGA profesional proporciona, además, la transparencia de las existencias que así pueden ser mantenidas a un nivel mínimo. Esto ahorra costes. El SGA controla todos los procesos en el almacén automático, igual que en muchos almacenes manuales, aunque en el almacén automático estos son ejecutados por la tecnología de almacenaje y los transportadores automatizados. Esta tecnología no depende ni del reconocimiento óptico de las mercancías o del texto en etiquetas, ni tampoco se ve afectada por las bajas temperaturas. Esto permite un mayor rendimiento con una tasa mínima de errores. El resultado es una mayor calidad de productos con costes más bajos. El operador de un almacén refrigerado a baja temperatura podrá traspasar ambas ventajas a sus clientes. Esto, a su vez, repercutirá positivamente en la imagen de la empresa y valdrá la pena al final. de inversión para el total de las instalaciones logísticas de un almacén refrigerado automá- tico pueden superar los de un almacén manual aproximadamente en un 80 %, calcula Frank Heptner. Más caro de adquirir, significativamente más barato de operar Sin embargo, estos gastos iniciales se ven compensados por unos costes de explotación considerablemente más bajos, sobre todo si nos fijamos en los cada vez más elevados gastos de la energía, que constituyen un factor importante ya que la temperatura objetivo exigida debe conservarse a lo largo de todo el año. Por ello, para una mayor eficiencia ener- gética, la pérdida de frío debe ser lo más baja posible. Si tenemos en cuenta que por donde más frío pierde un almacén refrigerado es por la cubierta, la clave para una reducción de los costes de energía es minimizar al máximo la superficie horizontal del almacén. Y aquí el almacén automático tiene una clara ventaja. Mientras que en un almacén manual, de- bido a la altura de elevación de las carretillas apiladoras, la altura máxima de las estanterías queda limitada a unos 12 o 14 metros, los sis- temas automatizados pueden llegar a alturas de hasta 45 metros de altura, además, el al- macenaje en profundidades múltiples permite un uso mucho más compacto y, con ello, más eficiente de la superficie. Un almacén manual con capacidad para 6.000 palés requiere una superficie de poco menos de 4.000 m2, detalla Heptner. Por contra, un almacén automático con el mismo número de ubicaciones necesita únicamente 2.000 m2. Esto permite reducir los costes de refrigeración a una tercera parte aproximadamente. Además, hay que añadir el ahorro obtenido al necesitar menos suelo edificable. . La automatización en la zona refrigerada protege a los operarios Otro aspecto a favor de almacenes automá- ticos es que el personal no tiene que realizar 85 manutencion & almacenaje 501 LOGÍSTICA A TEMPERATURA CONTROLADA Escáner