la renovación de la LOTT, realizada en junio del pasado año, ha sido valorada muy positivamente por la mayoría del sector, ya que incluía dos de sus grandes peticiones: la acción directa y la reducción de las sanciones económicas en caso de infrac- ciones graves y muy graves; el hecho de que aún no haya visto la luz la ROTT o el correspondientes el Reglamento, sin el que lo establecido por la LOTT no tiene valor, está siendo muy criticado y obligando a exigir a Fomento más celeridad en sus resoluciones. Además, durante los últimos meses del 2013 se han producido varias noticias que han traído más preocupación al sector. Entre ellas, destaca la posi- bilidad o no de permitir el transporte de vehículos con capacidad para 44 toneladas; la no desapari- ción del régimen de módulos (contrario a los inte- reses de las grandes patronales y defendido por los autónomos), o el incremento de las regiones que restringirán el paso de vehículos pesados. En definitiva, pocos argumentos hay para el optimismo en el sector que sigue con sus graves problemas de estructura empresarial, sin que hasta el momento Fomento haya sido capaz de dar oportuna respuesta a los planteamientos del sec- tor. Es más, mientras las empresas exigen medidas concretas a problemas también muy concretos, el Ministerio se ha decantado con la presentación de la que es “su gran apuesta” para mejorar el sector del transporte y la logística del país y ayudar a los sectores industriales a ser más competitivos. Una estrategia que no ha aporta nada al sector del transporte por carretera, o muy poco, y que éste, sin descartarla de plano, ha aceptado con un mal menor, mientras sigue insistiendo ante las autoridades perti- nentes para que se solucionen los problemas reales que deben afrontar las empresas de transporte. El sector necesita más que buenas palabras Y es que para el Ministerio de Fomento el trans- porte por carretera logrará su máximo desarrollo si logra optimizar los servicios de transporte de mercancías por carretera mediante la racionaliza- ción de rutas; da impulso a las buenas prácticas en la logística de distribución urbana de mercancías; fomenta la colaboración y concentración de las empresas del sector para globalizar la oferta de servicios y la comercialización de los mismos; se adecúan las capacidades y dimensiones de los vehículos pesados de carretera según las necesida- des de la cadena logística internacional (es decir, se amplían los pesos y dimensiones de los vehículos) y se homogenizan los calendarios autonómicos de restricción al tráfico de vehículos pesados en el conjunto del territorio español. Un conjunto de “buenas palabras”, que están muy alejadas del día a día de los transportistas, que, además de solventar todos problemas derivados de unas tarifas bajas y unos costes de explotación cada día más elevados, se han encontrado con otros como los robos de camiones, sin que tam- poco la Administración haya aportado soluciones concretas. Como tampoco se ha solucionado, el otra “gran problema” del sector. Para muchos, de hecho, el más importante, nos referimos al de la morosidad que sufren de forma constante los transportistas y que no deja de subir. Así, según el Observatorio de Morosidad que publica trimes- tralmente Fenadismer, el 71% de los pagos que se realizan a las empresas incumplen la legislación vigente en materia de morosidad, ya que superan el plazo máximo de 60 días a contar desde la realización del servicio no habiéndose producido variación respecto al mes anterior en el grado de 7 manutencion & almacenaje 495 Actualidad