Fuente: Tecnowey. Salida del clasificador. el espacio físico disponible, la tipología de producto a clasificar, los flujos actuales y las expectativas de negocio del cliente. Ya durante el periodo de explotación, un ade- cuado mantenimiento preventivo garantiza la disponibilidad y reduce los costes totales de operación. Otro aspecto en un proyecto logístico son zado o no) de forma separada e igualmente estratificar cada Función Logística. Para realizar un inversión apropiada, según José Manuel Casado de Dürkopp, el rendimiento requerido por el cliente debe ser prioritario. Probamos todos los procesos de nuestros clientes y juntos desarrollamos una propuesta. Esta puede ser una solución ma- los diferentes niveles de automatización o no que pueden coexistir en un mismo espacio, la gran clave de la automatización para ULMA es conseguir operativas flexibles que permi- tan a las empresas ajustarse a sus necesida- des logísticas precisas, y para ello considera- mos imprescindible decidir cuál es el grado de automatización necesario en cada caso y dotarse de ese grado de automatización. Para responder a estas cuestiones es necesario estratificar las referencias, bultos, pedidos, volumen... con el objetivo de definir subsis- temas analizando su tratamiento (automati- Diseñando sistemas verdes nual, o una combinación de áreas manuales y automatizadas. La entrada de mercancías, por ejemplo, es de forma manual, mientras que la clasificación está automatizada. Si se requiere un alto rendimiento, se automatizan todos los procesos. Para J Hernando la rentabilidad de un clasificador se determina buscando el equilibrio entre diferentes factores, como son, un correcto dimensionado acorde con las necesidades de negocio del cliente, una robustez que garantice minimizara verías y paradas de producción y un mantenimiento Sin embargo, cuando se aborda una política medioambiental la primera pregunta es ¿cuánto más me costará la opción verde? ¿cuánto cuesta la etiqueta verde? Aunque ya se ha demostrado en numerosas empresas que la ecoeficiencia es rentable con retornos bastante rápidos, centrándonos en el caso muy concreto de equipos como los clasificadores automáticos en la pasada feria ProMat, celebrada en enero de este año en Chicago, Mike Ogle, Managing Executive de la organización MHI/CSS se planteaba si se pueden emprender iniciativas para poner la etiqueta verde un transportador y clasificador . Si empezamos por las diferentes tecnologías que pueden ser utilizadas en similares aplicaciones, todas con sus pros y contras, se puede considerar aspectos como el uso de materiales reciclables, el consumo de energía, así como un menor mantenimiento y ruido que como recuerda Ogle: también entran dentro de la etiqueta verde. Algunas prácticas vienen del propio diseño de la línea como la posibilidad de reducir el espaciado entre productos, lo que permite a su vez reducir la velocidad clasificando en cambio las mismas cantidades, pero con menor velocidad. En un ejemplo ofrecido por Ogle: en un sistema de zapatas deslizantes con 164 MPM y 36 cm de espaciado promedio entre las cajas, si se reduce el espacio 15 cm, la velocidad se puede reducir a 121 MPM. El resultado es un 23% en la reducción de la energía; un 25% de incremento de la vida de componentes críticos, una reducción de 3dBA del nivel de ruido en la operación, y la oportunidad de incrementar un 34% el volumen del sistema para manejar las fluctuaciones del negocio. Otros ahorros, pueden venir de componentes clave de la energía como son los motores eléctricos. Tras dar el dato de que los motores eléctricos consumen más del 60% de la electricidad en EEUU y del 95% del coste total de un sistema de transporte, Ogle afirmó que los ahorros en las instalaciones logísticas pueden ayudar también a bajar el impacto medioambiental. En primer lugar, Ogle aconseja el uso de motores bajo la perspectiva de la eficiencia energética. La posibilidad de utilizar diferentes velocidades en función de los requerimientos de la demanda permite reducir el consumo de energía pero para ello es importante el control del flujo, que requiere de zonas de acumulación tanto antes de las entradas como en las salidas en función del área donde se dirijan los productos clasificados. El control del flujo se logra mediante sensores junto al WSC (Warehouse System Control) del sistema y los WMS en una visión más general. Asimismo, el control del flujo puede permitir reducir también los picos de demanda de energía y en consecuencia los costes, ya que, como afirmó Ogle, generalmente las tarifas de la energía se suelen basar en la demanda máxima. Lograr una mejora del factor de potencia que es la división entre la potencia real (kW) y la potencia aparente (KVA), permitirá bajar la factura. Para ello, se pueden instalar condensadores que reducen la magnitud de la potencia reactiva. Finalmente, subrayar que el uso de motores energéticamente eficientes y motores de acuerdo a la capacidad requerida, permitirá que la etiqueta verde resulte rentable. 54 manutencion & almacenaje 491 CLASIFICACIÓN AUTOMÁTICA Informe