las responsabilidades en cada tramo de la cade- na. En un mercado complejo como es el del frío se debe potenciar una cultura y deben existir li- mitaciones que no se pueden pasar como el uso de instalaciones y vehículos no refrigerados; muelles sin el aislamiento necesario, carreti- llas inadecuadas, etc., así como un manual de buenas prácticas para todo el personal del que depende la cadena del frío. Existe la probabilidad (más de lo que sería deseable) de que llegue una carga en un conte- nedor muy bien aislado pero que no mantenga su temperatura al quedarse dos días en la pista de una aeropuerto o en la playa de un almacén directamente expuesta a las inclemencias am- bientales. Por ello, se hace necesaria una eficiente coordinación de sus movimientos en los diferentes segmentos de la cadena, por lo que las empresas de las industrias dependen cada vez más de la tecnología para la cadena del frío, a través de mé- todos de embalaje y de control de la temperatura, así como de una planificación logística y los costes asociados. También son útiles los certificados de calidad en los procesos que no dejan de ser una garantía de buenas prácticas y la formación. En definitiva el éxito de las industrias que dependen de la cadena del frío se reduce a saber cómo enviar un producto con un control de temperatura adaptada a las circunstancias de envío. Los diversos productos que se mueven en esta cadena requieren diferentes niveles de temperatura de mantenimiento para asegurar su integridad a través del proceso de transporte. Uno de los puntos más críticos esta cadena es el transporte y aquí es importante sobre todo decidir el tipo de contenedor y el método de refrigeración. Algunos factores como la duración del viaje, el tamaño de la carga o la temperatura ambiente, son importantes para decidir el tipo de envase que puede ir desde pequeñas cajas aisla- das con hielo seco o paquetes de gel, a contene- dores armarios sobre ruedas, o a contenedores frigoríficos que cuentan con su propia unidad de refrigeración que permite bajar la temperatura de la caja vacía con clase A (entre 12 y 0oC); clase B (entre 12oC y -10oC) y clase C (entre 12oC y - 20oC). En la actualidad los transportes frigoríficos pueden llevar productos refrigerados o congela- dos únicamente regulando el termostato. Otro aspecto importante ante el cliente es la validación de que la cadena no ha sufrido inte- rrupciones para lo que en el mercado encontra- mos registradores e indicadores de temperatura más o menos sofisticados que muestran de forma fácil si los valores térmicos se encuentran dentro de los límites seguros. En los diferentes puntos de la cadena en los que se toma el control de la temperatura (fabricante, almacén, trans- porte) la parte más compleja son los sistemas de gestión del control de la temperatura, ya que es difícil demostrar en qué momento se produjo la ruptura. Actualmente, cada vez más se recurre a la incorporación de la tecnología RFID en los registradores de temperatura que puede ser leído y permite la trazabilidad en todas las etapas. La información se puede enviar desde el teléfono móvil y el GPRS a un coste económico en fre- cuencias que se pueden diseñar. Esta posibilidad añade seguridad al transporte de la cadena del frío ya que en muchas ocasiones el conductor se entera de la avería cuando ya ha pasado dema- siado tiempo y de esta forma tiene avisos que le permiten actuar de forma rápida. El conjunto de tecnologías aplicadas a la trazabilidad de la temperatura controlada como RFID, GPRS, GPS y SOA, son buenas herramientas para el diseño de cadenas seguras y eficaces. M.E. 52 manutencion & almacenaje 476 CADENA DEL FRÍO Escáner