Fuente: Axis hemos incluido el adjetivo “integral” para referir- nos no sólo al clásico concepto de optimización de un proceso, sino a conseguir un sistema que satisfaga tanto la eficacia y eficiencia producti- vas como el máximo confort para las personas en la realización de los trabajos. En los tratados de ergonomía se acostumbran a definir tres criterios (las 3P) a tener en cuenta para una buena solución ergonómica: • Participación de los trabajadores respecto a las posibilidades de creatividad tecnológica, gestión, remuneración, confort , etc. • Producción, refiriéndose a la eficacia y efi- ciencia productivas del sistema con el objetivo de la máxima productividad y la mayor calidad del producto. • Protección, es decir seguridad industrial e higiene laboral, de las máquinas (siniestros, fallas, averías, etc.) y del entorno (seguridad colectiva, ecología, etc.). Si bien la ergonomía no puede ser consi- derada una ciencia, sí es cierto que integra los conocimientos de diversas ciencias que abordan tanto las habilidades mentales como las físicas para su adaptación a la realización de tareas muy diversas. Su objetivo no es otro que al mismo tiempo que salvaguarda la se- guridad, salud y bienestar de los trabajadores, se consiga optimizar los procesos y obtener la máxima eficiencia. Dejar de considerar los principios de la ergonomía puede conllevar muchos efectos negativos, desde lesiones y enfermedades pro- fesionales hasta deterioros en la productividad y calidad de los procesos y productos fabricados o manipulados. Queda claro, pues, que las consideraciones sobre la ergonomía deben estar presentes cualquiera que sea el diseño que se esté abor- dando, desde la herramienta más simple hasta las estaciones de trabajo más sofisticadas y precisamente en el caso de la logística e intra- logística, sea en la industria o en empresas de distribución, adquiere una especial importancia ya que la mayoría de sus procesos incluyen operaciones de manipulación de cargas y/o trabajos muy repetitivos. La normalización en este campo Las primeras normas en el campo de la ergono- mía datan de la década de los 70 del pasado siglo cuando se fundaron los primeros comités a nivel nacional y posteriormente a nivel internacional, tras la fundación de la ISO (Organización Inter- nacional de Normalización), con la creación en 1975 del TC Comité Técnico 159 “Ergonomía”. A nivel europeo, dentro del CEN (Comité Europeo de Normalización), se creó en 1987 su Comité Técnico 122 “Ergonomía”. Posteriormente, en el año 1998 aparece la Directiva Máquinas (referida a principios de seguridad), que motivó el establecimiento de un comité ergonómico a nivel europeo. En el 2010 ha entrado en vigor una nueva Directiva Máquinas. De todos modos, dado que las reglamenta- ciones legales no son, ni pueden ser, demasiado específicas, la tarea de definir los principios y hallazgos que se deberían aplicar ha sido asu- mida por los diversos comités de normalización. Algunos consejos La Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo da una serie de consejos especialmente para evitar dolencias TME, poniendo en un primer lugar el evitar al máximo los riesgos así como evaluar las contingencias que no se puedan evitar. Pone un especial énfasis en adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos de trabajo y a los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la salud. Señala también que es importante tener en cuenta la evolución de la técnica y planificar la prevención buscando un todo coherente que integre en ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales. Finalmente, señala como muy importante el adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual, así como dar las debidas instrucciones a los trabajadores. 71 manutencion & almacenaje 470/471 EQUIPOS PARA LA ERGONOMÍA Informe