del 50% de los costes empresariales. Estos costes podemos desglosarlos entre fijos y variables. Para conocer los costes con cierto criterio debemos entender que las operaciones de entrada incluyen el proceso de recepción de mercancías y el proceso de almacenaje, así como otra serie de tareas asociadas al movimiento de mercancías en las instalaciones de la empresa. En cuanto a las operaciones de salida incluyen la tarea de prepara- ción de pedidos y la de expedición de mercancía. El coste aproximado que estas tareas pueden llegar a suponer a la empresa es el que podemos ver en el gráfico 1. En cuanto al coste global de los almacenes, aproximadamente, el desglose de los costes podemos verlo en el grafico 2. Todo esto significa que un correcto control de las instalaciones puede redundar en una importante reduc- ción de los costes a todos los niveles y una vez conseguido este control, si me apoyo de las herramientas apro- piadas, puedo ser aún mas eficiente en la operativa de mi almacén, re- percutiendo todo esto en el almacén como centro de costes, es decir una importante reducción de los costes empresariales. No debemos de caer en el error de centrarnos en un único proceso ya que si así lo hacemos podemos incurrir en errores que redundarán en una reducción de la eficiencia. Destacando, por ejemplo, que un objetivo importante en el almacén debe ser el de conseguir preparar pedi- dos al menos coste posible, si centro los esfuerzos en este punto puedo olvidar que un correcto almacenamiento, apli- cando los criterios necesarios, facilita las labores de la preparación de pedi- dos ya que conseguiremos un mayor aprovechamiento del espacio. Indicadores y Cuadro de Mando Como se ha dicho al comienzo de este artículo, la logística trata de dar respuesta a una necesidad para lo cual es necesario llevar a cabo un serie de operaciones o actividades que satisfa- gan esta necesidad. La calidad de este trabajo debe estar predefinida por la empresa y para cada una será diferente en función de su posicionamiento en el mercado, sin embargo sea cual sea el caso es realmente interesante poder medir esta calidad ofrecida con el objetivo claro de conocer si la empresa está cumpliendo los objetivos y siendo La ideas claras . Un almacén forma parte de una cadena, la cadena logística, y todo lo que allí ocurra repercutirá de forma positiva o negativa en el resto de componentes. . Un almacén debe funcionar como una máquina perfectamente engrasada que realiza las operaciones de una forma sistemática y bajo unas directrices establecidas. Por ello debemos establecer una serie de operaciones, separando entre operaciones de entrada y operaciones de salida de material, teniendo de esta forma un gran control sobre todo lo que ocurre dentro del mismo. capaz de satisfacer a sus clientes. La herramienta que permite medir esta calidad de una forma clara o me- jor dicho, medir el rendimiento, es el indicador o también conocido como KPI (key performance indicator). Lo más conveniente es definir al menos un indicador para cada uno de los procesos de la empresa. Al tener estructurada la organiza- ción y en este caso el almacén y sus operaciones, seremos capaces de definir indicadores que además de aportarnos el rendimiento en un área concreta nos va a facilitar una serie de datos realmente útiles para una correcta toma de decisiones. Lo indi- cadores también van a mostrarnos una evolución de los resultados de forma que podremos comparar diferentes periodos de trabajo y analizar si lo estamos haciendo bien o no. Otra de las ventajas que ofrecen los indicadores es que al mostrarnos los resultados de un área de trabajo en concreto, podemos detectar con rapidez donde destacamos y donde podemos mejorar, sin necesidad de hacer grandes análisis que suelen re- querir una importante dedicación Algunos indicadores son: Indicado- res financieros/económicos: Coste de picking por línea de pedido, de produc- tividad: Líneas de pedido preparadas por hora-hombre, de utilización % de uso de uso de los medios de manu- tención y capacidad de almacenaje, de excelencia: % de líneas preparadas sin errores, roturas de stock/no de pedidos. Cuando hemos conseguido siste- matizar estas operaciones, si deseamos ser más ágiles en nuestra capacidad de respuesta, debemos apoyarnos en herramientas que den velocidad y versatilidad al trabajo diario como por ejemplo un sistema informático bien desarrollado o unas instalaciones acorde con lo deseado, etc. Como en todo es preciso conocer la evolución del trabajo, así como la calidad del mismo, para conseguirlo nos apoyaremos en los indicadores aplicado a cada proceso de trabajo, la unión de los cuales definirá el cuadro de mando del almacén, herramienta muy útil para una toma de decisiones ágil y con conocimiento de causa. Vicente Estellés. Departamento de Logística de ITENE. 43 Estrategias